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Opinión

Editorial: Los niños en las garras criminales

Menores de edad crecen dentro de organizaciones criminales en Ecuador. ¿Qué hace el estado para proteger a la niñez?

¿Tocamos fondo? En los últimos años, hemos visto un alarmante aumento de menores de edad involucrados en organizaciones criminales. Esta problemática refleja una crisis social profunda, donde las deficiencias en el sistema educativo y la falta de oportunidades han dejado a estos niños vulnerables. La combinación de un entorno familiar inestable y un sistema de protección insuficiente ha creado un vacío que las redes criminales explotan. La cruel realidad se manifiesta en las calles: niños caídos en enfrentamientos o detenidos por las fuerzas del orden.

Aunque los padres tienen una responsabilidad clave en guiar y proteger a sus hijos, la inacción del Estado para proporcionar un entorno seguro y oportunidades de desarrollo también contribuyen a esta crisis. El Gobierno debe reforzar las políticas públicas para mejorar la educación, la salud y el apoyo social, creando alternativas que desvíen a los jóvenes de la criminalidad.

A nivel familiar, las lágrimas y el dolor de los padres que ven a sus hijos caer en el crimen deben servir como un llamado a la reflexión. Es en el hogar donde se deben fomentar los valores y el cuidado en conocer con quiénes se relacionan los menores y cómo pasan su tiempo libre. Solo así se podrá evitar que caigan en las garras de criminales que se ocultan tras la apariencia de buenos amigos.