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Opinión

Editorial: ¡Justicia de pacotilla!

A pesar de las constantes exhortaciones a denunciar extorsiones y amenazas, la ciudadanía enfrenta una justicia débil que permite la liberación de delincuentes con rapidez

Que denuncien, les piden constantemente a los ciudadanos. Que no callen cuando los extorsionan o amenazan los delincuentes, que para eso está la justicia, para meter tras las rejas a los pillos.

Pero ha sido la propia Policía la que en innumerables ocasiones se ha quejado de que su trabajo y las denuncias ciudadanas quedan en nada a la hora de llegar a la justicia. Una justicia floja, débil, permisiva, ridícula a veces cuando se trata de los pillos, que por artimañas legales o simplemente porque los fiscales ahora temen retaliaciones, dejan libres a personas involucradas en acciones ilícitas. Simplemente pisan la cárcel para saludar a sus panas y en pocas horas salen.

Ejemplos hay por montones. Como en Quito, el caso del presunto líder de la banda delictiva Los Pepes, implicado en delitos graves que van desde extorsión hasta sicariato, pero que sería procesado por tenencia de armas y, al acceder al ‘bendito’ procedimiento abreviado, podría salir libre en 20 días o menos. Y en Guayaquil, alias Cachete, el extorsionador que es el terror de la Prosperina y que menos de 24 horas en ‘cana’ salió.

¿Qué clase de justicia es esa? ¿Quién va a querer denunciar así? ¿Qué garantías les dan a los ciudadanos? ¡¡Todo esto da vergüenza y coraje a la ciudadanía!!