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Opinión

Editorial: Femicidios imparables

Es una pesadilla que está lejos de terminar. Las cifras de la violencia contra la mujer en Ecuador, durante la pandemia del COVID-19, han crecido de forma alarmante. En lo que va del año se han registrado más de 100 femicidios, 82 desde el inicio del confinamiento, siendo los victimarios, en su mayoría, convivientes, esposos o exparejas. Pero también se han visto involucrados padres o padrastros de las víctimas, a lo que hay que agregar la dramática circunstancia de que niños, algunos de los cuales fueron testigos directos de los asesinatos, han quedado en la orfandad.

Las cifras proporcionadas por las autoridades llegan a un dramático resultado, ya que cada 72 horas se produce un femicidio en el país.Niñas, adolescentes y adultas no escapan de esta barbarie que deja estragos incalculables en los hogares.

Y resulta extraño, insistimos, en que tal violencia haya aumentado precisamente en el tiempo que por efectos de medidas de bioseguridad y de largos toques de queda gran cantidad de hombres se han visto obligados a recluirse en sus propios hogares.

Este es uno de los problemas más urgentes por resolver para nuestra sociedad, pero también es responsabilidad del Estado crear las políticas orientadas a expulsar la violencia machista.