Seis mil denuncias y nadie hace nada. Ese dato refleja la difícil situación que atraviesan los pescadores de la zona costera en la península de Santa Elena, hoy a merced de los extorsionadores. O pagan ‘vacunas’ y todo en ‘paz’ con ellos, o los atacan en el mar, les roban pesca y motores y los dejan a la deriva. O hasta los matan si les da la gana.

Muchos han decidido ya abandonar su actividad y otros tantos más están pensando en qué hacer. Hasta ahora las autoridades se han visto vencidas por la delincuencia, mientras el Gobierno sigue pregonando a través de mensajes publicitarios o de sus representantes, como la asesora presidencial Diana Jácome, que hoy se vive en un país con tranquilidad. ¡Ya dejen esa burbuja y hagan algo por Ecuador y su gente!