La producción lechera del país que viene de los grandes hatos ganaderos en nuestras 3 regiones (que además está sufriendo los robos y ataques permanentes del abigeato que ha causado ya algunos millones de dólares en pérdidas) ha entrado desde hace algún tiempo en una situación crítica a tal punto que ante la falta de demanda, sobre todo de las empresas industriales de productos lácteos, se han dejado de vender miles de litros que en gran parte han tenido que ser desperdiciadas para su desaparición en ríos, lagos, y hasta en la propia tierra.

La crisis económica producida por la pandemia del COVID-19 ha dejado sin una gran cantidad de clientes tanto a los ganaderos como a quienes se dedican a comerciar con la leche. Y la situación se ha agravado más ante el hecho de que miles de litros siguen entrando de contrabando desde los países vecinos, sobre todo de Colombia con la venta de cada litro a tan solo 42 centavos, es decir, con una sustancial rebaja de 18 centavos, por lo que el consumidor rechaza en buena parte el producto nacional.

La Asociación Nacional de Ganaderos ha pedido que el Gobierno asuma una actitud severa contra los contrabandistas ejerciendo un mayor control en las fronteras y, de esta manera proteger a la producción nacional que ha bajado tanto en su consumo.