La capacidad creativa popular está siendo demostrada a través de las artes plásticas con grandes murales que se han pintado en paredes y muros de algunos sectores públicos de Guayaquil, con temas de los más variados y con un intenso y atractivo colorido. Esta espontánea cualidad de tantos artistas innatos, que en su mayoría no han pasado por ninguna escuela de artes, al parecer no ha tenido el justo reconocimiento de las autoridades del cantón que hasta el momento no han prestado ayuda ni han dado estímulos a los muralistas que embellecen el entorno citadino con estas expresiones pictóricas.

Hace unos años la Municipalidad porteña, para embellecer a diferentes sectores de la urbe, convocó y contrató a reconocidos pintores guayaquileños o residentes en el puerto principal para que elaboren murales en los espacios bajo los pasos a desnivel, obras que aún se conservan y de las cuales se sienten verdaderamente orgullosos los habitantes de la ciudad más poblada del país.

Se vuelve indispensable que esta iniciativa no quede trunca y que nuevamente las autoridades, municipales o provinciales, pongan de su parte para impulsar las expresiones artísticas a través de los murales públicos. No se puede, pues, desperdiciar este arte colectivo que es parte de la ciudad y que, indudablemente, le da mayor importancia a la actividad turística de la urbe frente al río.