Dos casos de violencia sexual en contra de menores de edad, que eran usados para grabar videos pornográficos, se descubrieron en Quito y Canoa (Manabí). Miembros de la Policía hicieron operativos simultáneos para atrapar a los implicados en este delito, cuyas garras rebasaban las fronteras de Ecuador.

En la capital ecuatoriana, los agentes detuvieron a un sujeto cuyos parientes tienen un centro de desarrollo infantil. El tipo se aprovechó de la cercanía que tenía con los pequeños para hacer los videos, según Javier Granda, jefe nacional de la Unidad de Investigación de Delitos Transnacionales de la Policía.

Luego, estos eran subidos a una plataforma digital para ser distribuidos a través de links mediante chats. La forma de operar del sujeto, según el oficial, era convencer a los encargados del centro de que él cuidaría a los pequeños. De ese modo, aprovechaba para filmarlos mientras los tocaba de manera indebida cuando los aseaba.

Turismo sexual

En la segunda localidad, en Manabí, fueron detenidas dos personas: un ecuatoriano y una mujer bielorrusa, quien incluso fue expulsada de su país por el delito de pornografía usando a menores de edad, explicó Granda.

La forma de operar de estos tipos era buscar a niños y ganarse su aprecio, para luego violarlos mientras filmaban. Las víctimas aparecían desnudas en las grabaciones, que asimismo se distribuían a través de Internet.

Pero esto no era todo. La extranjera tenía conexiones con personas europeas a las que ofrecía turismo sexual en Ecuador. Ella proporcionaba información de los chicos a los violadores que venían al país.

“La ciudadana bielorrusa sería parte de una red internacional de pedofilia liderada por ciudadanos extranjeros provenientes de Países Bajos (Holanda)”, informó la Policía Nacional. Estos últimos fueron detenidos en junio de este año por el mismo delito.