Exclusivo
Judicial
Quito: Sujeto producía pornografía infantil con sus dos hijas
Fue capturado en una operación internacional, coordinada en Ecuador por la Unidad de Ciberdelitos. Psicólogos expertos opinan de esta situación.
Una cartera de cincuenta clientes adictos a la pornografía infantil hacía de la vida de un hombre de 48 años un ‘paraíso’, porque eso generaba la demanda del material ‘lujurioso’ que producía en su inmueble, ubicado en un barrio popular del noroccidente de Quito. Para el individuo, era un negocio redondo.
Sin embargo, el infierno lo vivían los menores de edad abusados para la realización de las fotografías y videos eróticos. Y lo peor es que entre las víctimas estaban sus dos hijas, quienes eran obligadas a participar en estos actos ilegales desde “muy pequeñas”, informó el jefe nacional de la Unidad de Ciberdelitos, coronel Héctor García, tras la detención del individuo, como parte de una operación internacional (ver infografía).
El oficial reveló además que el aprehendido no se dedicaba a ninguna otra actividad económica, porque pasaba todo el día en su casa.
No obstante, la cónyuge y demás familiares presuntamente desconocían de los actos ilícitos y del abuso que cometía el hombre con las niñas. Es por eso que luego de evaluaciones médicas y psicológicas, ellas fueron entregadas a su madre, precisó el jefe policial.
Factores
Para la psicóloga clínica Jéssica Rodríguez, el accionar del padre pudo darse por diferentes factores: uno es el de las psicopatologías, que lo podrían impulsar a “realizar este tipo de actos perversos”.
Pero también puede tratarse de un sociópata, porque este tipo de personas “lo hacen por perversión, por gusto, totalmente conscientes de lo que realizan, con un fin económico, sádico, sin importar que sus propias hijas sean víctimas de un acto tan desgarrador”.
Distorsión
El psicólogo clínico Gino Escobar añade que el hecho de ser padre no evita que una persona con distorsión sobre su sexualidad cambie. Incluso, explica que muchas veces confunden “el placer con la felicidad y, además, hay gente que cree que se es feliz cuando se tiene dinero”.
Es por eso que, como ocurrió en este caso, hay quienes ven en los hijos objetos sexuales de los cuales obtener un beneficio, “pues consiguen recursos a través de pornografía infantil, la pedofilia, en donde hay un gran mercado (...). Se convierten en depredadores sexuales, por las necesidades económicas, a veces de la mano con el placer sexual”.
La sociedad
Según Escobar, a diferencia de lo que se podría creer, este mercado ilícito es más apetecible en sociedades consideradas conservadoras que en las liberales. Esto debido a las prohibiciones que existen.
En estos lugares hay personas que se sienten atraídas por lo ilícito, lo que se suma a sus depravaciones, y sienten “altas dosis de placer al poseer (este tipo de material pornográfico) y tener los recursos para pagar”.
Incluso, el hecho de pagar a alguien para que les grabe un video exclusivo y se los venda se convierte, en sus distorsiones, en algo excitante, argumenta el experto.