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Sucesos
Los pequeños hijos de Nicole se impresionaron al verla golpeada
Tienen 6 y 4 años. La nena lloró y gritó del susto, su ñaño quiso ayudar con una curita a su mami, Nicole Ramos, quien fue atacada física, psicológica y sexualmente en Sauces 7, el 11 de septiembre.
Le cuesta sentarse. Se viste y se desviste con ayuda de su madre, quien también la baña. Nicole Ramos (30 años) toma un fuerte analgésico para disminuir el dolor corporal que aún tiene por la golpiza que recibió el pasado 11 de septiembre en su ‘zona’, Sauces 7, luego de que ella le reclamara a un desconocido que le cogió la nalga.
La diseñadora gráfica de profesión afirma que su cuerpo está ‘pintado’ de lila por los moretones que tiene en las costillas, caderas, glúteos, piernas, clavícula derecha, pómulo izquierdo y labio inferior izquierdo. Según el informe del médico legista, ella habría sufrido lesiones por puñetes, patadas, forcejeo, empujón y caída.
Desde el ataque, no puede dormir. A ratos llora y no quiere estar sola, aun en su casa. Solo ha salido para hacerse el reconocimiento médico legista (en el que sufrió un ataque de pánico y tuvo que abrazar a su madre), presentar la denuncia en Fiscalía y dar entrevistas a los medios. En todas las actividades ha estado acompañada.
Pero lo más duro no fue el ser agredida física, psicológica y sexualmente, sino la reacción de sus hijos de 6 y 4 años, quienes la vieron golpeada y con sangre.
“Tuve que decirles que mamá salió y un hombre malo se le acercó y la lastimó. Mi hija comenzó a llorar y gritar, le tiene miedo a la sangre. Mi niño fue a buscar una curita, me iba a curar. Mis hijos recibirán terapia psicológica. Mi mamá casi va a la clínica, ella es hipertensa y se le subió demasiado la presión. Ella me vio en videollamada”, relata.
Memoria gráfica
Reconoce que es confiada, pero de carácter. Y debido a su profesión es muy visual y tiene memoria gráfica. Por eso pudo describir al agresor al detalle y realizar su respectivo identikit, que circula por redes sociales.
“Lo fotografié con mi mente. Tendría unos 35 a 45 años. Mediría 1,68 metros. Estábamos ‘allí’, pues yo mido 1,65. Tiene un lunar de carne debajo del ojo derecho y debe de tener la boca partida porque le pegué”, detalla la guayaquileña, quien tiene un corte en los nudillos de la mano derecha, por el puñetazo que le dio a su agresor. El diente de este, al parecer, le cortó la piel.
Actualmente no labora, pues indica que no tiene cabeza para ello, ni creatividad, pero sus clientes se han solidarizado con ella. Claro que desea volver a trabajar para seguir sosteniendo su hogar, aunque reconoce que recibe ayuda del padre de sus hijos y de su actual pareja.
Palabras como puñales
Ayer, sus abogados Álvaro Jacho Cruz y Abelardo Albornoz la acompañaron a presentar la denuncia en la Fiscalía. Lesiones, violencia física contra la mujer, violencia psicológica contra la mujer o miembros del núcleo familiar, abuso sexual y odio son las infracciones por las cuales se acusa al agresor, aún no identificado.
Según Jacho, todos los delitos cometidos sumarían una pena que sobrepasaría los 10 años de prisión.
En el documento constan las agresiones verbales que Nicole recibió: “Zorra asquerosa... mujeres como tú deberían morirse o matarlas, si cargara un cuchillo te lo hubiese clavado en el cuello, puta miserable” y “a este tipo de mujeres hay que tratarlas así; con esto aprenderás a respetar a los hombres”.
Decepción tras decepción
Nicole cuenta que la primera llamada que hizo luego del ataque fue a la policía y un agente le expresó: “Acción trae reacción, usted lo golpeó”.
Encima ella recuerda la indiferencia que mostraron transeúntes y moradores. “Unos se asomaron por las ventanas y los peatones caminaban más rápido. Nadie gritó, nadie llamó a la policía”.
Y como cereza del pastel, Nicole revela que vio un Twitter de una usuaria que decía: “Estoy harta de esta bendita chica, a la que supuestamente le han caído a golpes en Sauces… parece que así gana seguidores para sus emprendimientos”.
Solo sonríe, adolorida, y le cuesta creer que una mujer escriba un mensaje así (el cual fue borrado inmediatamente). Ella sigue adelante, con valentía, hablando por otras víctimas, incluso por las que ya no están.
El agresor, posible perfil femicida
La víctima experimentaría estrés postraumático, podría caer en la revictimización, acordarse y empezar a sudar y temblar, no podría dormir, no querrá estar en contacto con hombres desconocidos, manifiesta el psicólogo clínico Luis Siguencia.
Asimismo, el experto habla del agresor. “No es la primera vez que atacaría a alguien de esta forma. Presenta síntomas de pervertido y ellos ven si su víctima es mayor o menor de edad. También tendría posibles signos de femicida: fuertes carencias afectivas, ser incapaz de sentir empatía por el semejante, sin sentimientos de culpa y profundo odio a lo femenino”.