El cuerpo de un hombre que fue abandonado y agonizando afuera de una clínica de Cotocollao, en el norte de Quito, permanece en los frigoríficos de la morgue. Todavía no hay familiares que lo reconozcan y lo entierren.

La noche del sábado 25 de febrero, el sujeto fue arrojado desde la parte trasera de un vehículo blanco en la vereda de la avenida 25 de Mayo, en la puerta de una casa de salud.

Estaba agonizando y pedía ayuda. Ni los moradores ni trabajadores del lugar salieron para socorrerlo porque, según el dueño de un bazar, creían que se trataba de un ajuste de cuentas y suponían que los victimarios llegarían a rematarlo y ‘terminar el trabajo’.

Sin embargo, al ver que nadie llegó, salieron algunos médicos de la clínica y confirmaron que el hombre, de aproximadamente 30 años, no tenía signos vitales. Subieron su cuerpo a una camilla para llevarlo a la morgue del lugar y notaron que tenía una herida provocada por un cuchillo a un costado izquierdo del torso.

La víctima no tenía algún documento que lo identificara ni hubo alguien que lo reclamara en el hospital.

Venía de un robo

El coronel José Luis Erazo, comandante del Distrito La Delicia, explicó que mientras recibieron la alerta de que había un cadáver en una clínica de Cotocollao también les llegó otra emergencia: tres sujetos habían robado una cevichería.

Los agentes que fueron a este evento hablaron con los comensales y dueños del negocio, quienes les contaron que tres sujetos con armas de fuego los amenazaron y les quitaron los celulares y el dinero.

Las víctimas también contaron que los sospechosos se movilizaban en un vehículo que tenía las mismas características que el auto del que arrojaron al hombre en la calle 25 de Mayo.

En ese momento, los agentes pidieron más información y revisaron las cámaras de seguridad para conocer más detalles del ataque. En estas se pudo ver que algunos de los trabajadores de la cevichería, luego del asalto, agarraron cuchillos de la cocina y fueron detrás de los delincuentes. Alcanzaron a uno y le clavaron una puñalada antes de que huyera.

La Policía presume que al estar uno de los sospechosos malherido y con signos de que moriría, lo abandonaron afuera de una clínica para que lo atendieran, pero no fue así.

La víctima, quien tenía varios tatuajes en los brazos y piernas, todavía no tiene familiares que lloren su partida.

Mientras tanto, las autoridades tratan de ubicar el vehículo y a los compinches del occiso para detenerlos y saber en qué otros delitos estarían involucrados. 

Otros casos 

Dos hombres fueron asesinados a ‘plomo’ en Guamaní, en el sur de la capital. El hecho sangriento ocurrió la noche del sábado 25 de febrero. Según las indagaciones policiales, varios sujetos se acercaron a las víctimas, quienes conversaban sentados en una vereda.

Cristóbal Rocafuerte murió en el acto, mientras que su amigo, Juan Carlos Ilvis, murió de camino a una casa de salud. La Policía investiga cuál fue el móvil del crimen.

En otro caso, la Policía recibió la alerta de que una persona ingresó a una casa de La Roldós, en el norte de Quito.

Los uniformados fueron al lugar y revisaron el domicilio sin hallar al intruso. Sin embargo, cuando subieron a la terraza encontraron una maleta con dos revólveres, un par de tacos y 40 ‘latas’. Los uniformados investigan mediante las cámaras de seguridad quién era el intruso y qué intenciones tenía.