En la cooperativa La Germania, que está junto al cerco perimetral de la Cárcel Regional de Guayaquil, los lugareños están ‘paniqueados’, porque cada vez que se registra un enfrentamiento a tiros en los centros de privación de libertad, llegan balas al menos hasta la casa de uno de los vecinos.

Y eso fue lo que ocurrió a las 16:30 del lunes 24 de octubre de 2022, cuando empezaron las hostilidades entre grupos criminales que se disputan el poder en la antigua Penitenciaría del Litoral, ubicada aproximadamente a un kilómetro de este pequeño poblado.

Pedro (identidad protegida), de 22 años, descansaba en la sala de su vivienda cuando de repente oyó un fuerte sonido en la pared, en la puerta principal de su casa y en un pequeño ventilador.

Asustado, se lanzó al piso y después de unos minutos descubrió que dos balas habían atravesado la fachada de su inmueble y una de estas había dañado una de las aspas del aparato con el que refresca sus tardes.

Luego halló parte de una munición y la conservó, como recuerdo del día en que por cuestión de centímetros se salvó de morir. El joven comentó que hasta el momento de la cobertura periodística de EXTRA, no había recibido la visita de ninguna institución de control, aunque tampoco quiere hablar con las autoridades.

El perjudicado afirmó que no es la primera vez que ocurre eso en la barriada, pues sería algo ‘normal’ cuando hay relajo en las cárceles.

Eso fue confirmado por otras personas que residen en la zona. Por ello, hasta en una escuela del sector cuentan con una ruta de evacuación que conduce en dirección contraria a las cárceles, para evitar que alguna bala perdida los sorprenda o les quite la vida. Para eso, comentan, quisiera que se construya un muro alto que los separe completamente de las cárceles, incluso visualmente. (SCM)