Los familiares de Juan Carlos Corozo Mercado, de 42 años, no veían la hora de encontrarse de frente con el ministro del Interior, Patricio Carrillo, para reclamarle por las declaraciones que hizo el domingo 14 de agosto de 2022, horas después del atentado con explosivos que cobró cinco vidas en el sector conocido como Calle 8, en el barrio Cristo del Consuelo, del sur de Guayaquil.

El funcionario había dicho que el percance, que además dejó más de veinte heridos, fue presuntamente dirigido en contra de dos individuos, con los alias de Cucaracha y Junior, quienes serían integrantes de la agrupación delictiva Los Tiguerones.

Y fue justo eso lo que generó el malestar entre los allegados de Corozo, pues él es conocido como Cucaracha. “Su apodo se lo pusieron cuando era muchacho, no es porque él sea de alguna banda. Su único pecado es tener una salsoteca. Ahí, tal vez, por los permisos lo podrían molestar, pero no por más”, enfatizó Orlin Corozo, el hermano.

El pariente agregó que Juan Carlos se encontraba entre los heridos del atentado, que fue cometido con explosivos que, hasta la mañana de ayer, no se podían determinar, porque se trataba de una mezcla no utilizada antes, reveló una fuente oficial.

“Si hubieran querido hacer algo en contra de él, hubieran atacado directamente a su negocio. ¿Por qué ir a otro que está como a seis casas? Ni siquiera tiene sentido eso”, sostuvo el familiar.

El pedido

Por ese motivo, Rosa Salas, esposa de Cucaracha, pedía ante los medios de comunicación que el ministro Carrillo se retracte y que, además, demuestre con documentos si se hizo alguna investigación contra su esposo, o si tiene antecedentes penales. “Carlos es taxista también. Él no tiene nada que ver con bandas. Lo que ha dicho el ministro nos pone en peligro”, aseveró la mujer.

Pocos minutos después de estas declaraciones, al sitio del suceso llegó Carrillo, para hacer un recorrido. Eso fue aprovechado por los parientes de Cucaracha para hacer su reclamo en la cara del funcionario. Un equipo de Diario EXTRA estuvo cerca del sitio donde se registraron estas escenas, en las que también hubo otros ciudadanos que reclamaron a los uniformados por la supuesta falta de vigilancia.

Incluso, le dijeron a un oficial que los subalternos, al parecer, le veían la cara con los reportes del sector.

La tensa situación duró alrededor de cinco minutos. De ahí, el ministro Carrillo se retiró del sitio del suceso.

Les cobran ‘peaje’

Algunos lugareños también se refirieron a Junior, el apodo que también fue citado por Carrillo. Ellos dijeron que él tampoco tiene que ver con bandas y que es un joven que se crió en el sector.

Los mismos moradores contaron que cuando se realizan los bailes en la Calle 8, existen grupos que se dedican a cobrar ‘peajes’ por acceder, incluso, a los mismos residentes: “2 dólares si uno va solo, $ 5 si se llega en moto y hasta $ 10 si anda en carro”, comentó un habitante, bajo reserva. Esta información también fue dicha al ministro en su recorrido.