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El hombre fue auxiliado por agentes policiales que llegaron a la zona.Amelia Andrade / EXTRA

Guayaquil: ciudadano que estaba 'chumadito' tomó un taxi y le robaron

El hombre había estado de parranda en un bar de Sauces 5. Lo dejaron botado y se quedó 'seco' en una vereda

Aunque le daba el solazo en la ‘careta’ y estaba acostado sobre la vereda, que ‘hervía’ del calor, no se despertó. La ‘ruca’ que un ciudadano se ‘pegó’ junto a un cerro en Sauces 7, al norte de Guayaquil, fue un efecto más de su ‘plutera’. Un ‘choreo’ fue la otra consecuencia.

A las 08:45 de este sábado 18 de marzo de 2023, el hombre por fin se levantó, pero gracias a tres gendarmes que llegaron al sitio para ayudarlo. Uno de ellos le puso un paño con alcohol antiséptico en la nariz, olor que lo hizo reaccionar y abrir los ojos.

Tambaleándose intentó ponerse de pie, pero no pudo solo. Los agentes, una vez más, lo apoyaron. Finalmente logró quedarse parado, aunque dando pasitos cortos como si temblara el piso.

Mientras llegaba una ambulancia con paramédicos que iban a brindarle los primeros auxilios, habló unos minutos con los policías, revelándoles su desgracia.

La noche anterior estaba de parranda en un bar de Sauces 5. Allí se fue de ‘jarro’ y luego tomó un taxi para ir hacia su casa, en una urbanización del cantón Daule. Después de eso, no recordó más de lo que le pasó.

‘Fue una desgracia con felicidad’. Esta famosa frase, que la gente dice para expresar que una tragedia pudo ser más grave, calza a la medida para definir lo que pasó con el farrero.

Junto a donde dormía tenía una maleta en la que estaban todos sus documentos personales, tarjetas de crédito y la licencia de conducir. También dos cajas de botellas de whisky vacías, una ‘huella’ de lo ‘encendida’ que estuvo su pachanga.

Lo que no tenía era el celular y la billetera con plata, dijo el cabo segundo de Policía Juan Mosquera. Por eso cree que el sujeto fue víctima de un asalto.

También informó que de acuerdo con lo que verificaron los paramédicos, no se le habría suministrado escopolamina. Solo estaba bien ‘tragueado’.

Afortunadamente, después de varios balbuceos y de dar números telefónicos equivocados a los gendarmes, se acordó del contacto de un pariente. Llamaron al familiar y en unos 15 minutos llegó para retirarlo. La sacó barata.

Los moradores comentaron que el sujeto fue visto en un parque de la zona a las 04:00. Lo fueron a mover para que se despierte, pero reaccionó con necedad y, en vez de irse, caminó unos 18 metros y se fue a tirar junto al cerro. Una historia más del pésimo dúo que forman el licor y la inseguridad.