Su vida y sus pasiones quedaron plasmadas en sus redes sociales. Esto es porque Narcisa Meliza Cardoso Giler era una influencer y hacía conocer, a detalle, cada situación que se le presentaba y los ‘gustitos’ que también se daba.

En sus cuentas personales quedaron fotos y vídeos de sus viajes, sus cenas, sus encuentros con amistades y más. Esto es lo que, al parecer, agradaba a los seguidores de la también comerciante: ella promocionaba su venta de ropa online.

Sin embargo, esto también pudo ser de gran ‘beneficio’ para quienes planificaron su asesinato, acontecido la mañana del lunes 5 de diciembre en la vía Perimetral, en el noroeste de Guayaquil, cerca del viaducto de La Prosperina.

El maestro mexicano Ramón Celaya Gamboa, abogado y especialista en seguridad, explica que Dulce Narcisa, como era conocida la víctima, era “un blanco vulnerable”, porque se exponía: “publicitaba toda su información”.

Por eso, para el experto, el crimen pudo llegar de parte de la delincuencia común, aunque señaló que no se podría descartar un problema relacionado con la violencia de género, tal vez ordenado por algún pretendiente, o también cometido por alguna persona que quisiera sacarla de su camino, por algún problema interpersonal.

Esto, no obstante, es algo que los investigadores tendrán que esclarecer, añade.

Y ante la consulta de que el caso pudiera tener alguna relación con el crimen organizado, el especialista sostuvo que no se podía adelantar a decir algo así, porque la información pública que hay hasta el momento es insuficiente.

En México

Pero explica que, en México, sí suelen ocurrir estos casos. Sobre todo porque algunos narcotraficantes buscan mujeres atractivas. Incluso, menciona que “es común que figuras del espectáculo se relacionen con la delincuencia”.

Además, aclara que ellas suelen ser víctimas del crimen organizado, porque son utilizadas para el lavado de activos, a través de diferentes tipos de negocios, o el traslado de dinero de un lugar a otro.

Un abanico de posibilidades

El experto en seguridad Kléber Carrión, oficial superior retirado de la Policía, coincide que en este caso hay “un abanico de posibilidades” y, pese a la reserva, se debería hacer conocer parte de la información para que la ciudadanía también aporte con detalles.

“Es como un rompecabezas con muchas partes. Al haber sido ella una influencer no se descarta que con sus comentarios pudo afectar a alguien. También hay que ver qué actividades hacía. Tampoco se deja de lado la vida íntima, la parte personal. Y la delincuencia común es otra área a investigar. Estas son solo unas cuantas”, argumenta Carrión.