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Judicial
Tras crimen de un alumno en Guayaquil: Estudiantes van a clases con terror
Padres de familia reclamaron por la inseguridad. El gobernador informó que el sitio estaría militarizado, pero los uniformados se fueron detrás él.
El terror ha invadido a padres, alumnos y maestros de una unidad educativa del sector La Delicia, en el bloque 9 de Flor de Bastión, al noroeste de Guayaquil. En el sitio han recibido amenazas que los mantienen en zozobra, mucho más después de que un estudiante fue asesinado a tiros tras salir de clases.
El afectado, un adolescente de 16 años, fue atacado a unos 150 metros del plantel, cuando caminaba hacia su casa la mañana del 8 de septiembre de 2022. Recibió un disparo en el cráneo y otro en el abdomen, y murió luego de ocho días de agonía en un hospital.
Su caso aún no ha sido resuelto, pero se encuentra en investigación, explicó el gobernador del Guayas, Lorenzo Calvas. El funcionario acudió la mañana del viernes 16 de septiembre a la unidad educativa para hablar con docentes y padres de familia, en una mesa técnica con diferentes instituciones del Estado.
En la reunión sugirió la creación de grupos de padres que trabajen en conjunto con un policía y un inspector, para ayudar en los controles de entrada y salida de clases.
Sin embargo, su propuesta fue rechazada. Una madre sostuvo que, de esa forma, se los exponía a un mayor peligro. “La situación de nuestro alrededor es muy crítica. No podemos arriesgarnos (...). En esa situación de agruparnos, no estoy de acuerdo... Estamos en un proceso de amenazas: bachillerato, maestros”, manifestó una representante.
Otra madre, en cambio, habló de la labor de los agentes de control: “¿De qué vale que a veces venga la policía? La policía se para ahí afuera, se toma la foto y se va. No tenemos seguridad. Nuestros hijos corren mucho peligro. Nos amenazaron con tirar bombas... ¿Qué podemos esperar? Tenemos miedo (...) Los policías nos han dicho que ellos no están para resguardarnos”.
Esta posición fue respaldada por quienes se encontraban en el lugar. Por eso, otra representante expresó que era testigo del trabajo de los uniformados: “Llegaban los policías a las 13:00 o 13:20, se tomaban la foto y yo les decía que por qué venían a esa hora cuando los alumnos ya habían entrado. Me decían que a ellos no les pagaban por estar parados afuera, que eso era responsabilidad de la directora (...). Se les reclama y se ponen bravos”.
Con estos cuestionamientos, los padres pedían que se den clases virtuales, no necesariamente para todos y tampoco de manera indefinida, pero sí hasta que sientan menos terror.
Ese pedido fue aceptado por el gobernador, quien luego de la reunión confirmó que los padres y estudiantes decidirán si ir a las aulas o conectarse desde casa. Esta medida durará hasta que se solucione el problema, mencionó Calvas.
El comandante distrital de la Policía, coronel Diego Hidalgo, sostuvo que en la zona se estaría desplegando todo su contingente y que contarán con personal militar hasta que dure el estado de excepción.
Y a diferencia de lo dicho por los padres de familia, argumentó que la “presencia policial siempre ha sido permanente”.
Añadió que “lastimosamente actividades del narcotráfico tienen penetraciones en instituciones educativas y en la población más vulnerable, que son nuestros niños”.
Custodia... ¿permanente?
El gobernador Calvas aseguró en una entrevista que el sitio se mantendría con custodia policial y militar. Sin embargo, luego de su retirada, el camión de militares que había llegado para custodiar la reunión también se fue, constató un equipo de EXTRA. Al final, quedaron tres agentes policiales.
Disputa
Fuentes policiales sostienen que en el sector existen organizaciones criminales que se disputan el territorio para el tráfico de drogas.