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Los vendedores aseguran que andan más mosca y entre ellos se pasan la voz de cualquier actitud sospechosa, sobre todo si las personas pasan mucho tiempo en un solo punto.Carlos Klinger / EXTRA

Presuntas extorsiones en el Mercado Central de Guayaquil: una 'libra' de miedo

Existe alarma en el centro de abastos porque una comerciante habría sido ‘pinchada’ por ‘vacunadores’. Los vendedores han tomado sus propias medidas de seguridad: abrir un día sí y otro no; borrar los números de celulares de sus perchas y más. 

Unos compradores llevan fundas de verduras, otros de proteínas, pero Julia lleva un quintal de miedo. Hace más de 15 años va al Mercado Central de Guayaquil para proveer de ‘jama’ a su familia, pero ahora procura entrar y salir por las mismas de este tradicional lugar.

“Me enteré de que a una vendedora la quieren ‘vacunar’. No puede ser que estos malvivientes lleguen hasta acá”, expresa un poco angustiada. Según la señora, ya no ‘pajarea’.

Ella no es la única preocupada, los vendedores también, y ellos cargan ‘toneladas’ de estrés, pues según Rosa, la semana pasada, una de sus compañeras recibió un mensaje de vacunadores. “Si no me equivoco el viernes (27 de enero) le dejaron una nota, le han tomado foto a ella, a su casa y parientes, creo que le pidieron 3.000 o 5.000 dólares, es lo que sé”, revela la comerciante, quien sostiene que el hecho se lo está manejando con discreción para no espantar a los clientes. Por eso, algunos ni enterados están, como Pedro, quien no tenía idea de lo ocurrido en el mercado.

“Da coraje, esta gente madruga para ganarse algo y vienen estos ociosos a quererlos despojar del fruto de su trabajo. Tienen familias y algunos hasta endeudados deben de estar”, manifiesta molesto.

Los comerciantes sostienen que son unidos. “Si vemos alguien mucho tiempo parado, le corremos la voz al compañero y le decimos: “Tómale el tiempo, sigámoslo, entre nosotros nos cuidamos”, confiesa Ana, una de sus estrategias.

Un proveedor de un local, quien no quiso identificarse, cuenta que un hombre de unos 40 años fue detenido por agentes, estaba armado.

“Dicen que estaba desde las ocho de la mañana hasta las once, supuestamente grabando a los negocios con mayor afluencia de clientes; un guardia se dio cuenta, dio aviso a un metropolitano y este lo informó a la Policía”, indica.

Comerciantes están contentos que la pileta esté cercada, porque desde allí, sentados, podrían estudiarlos.Romina Almeida / EXTRA

Les ‘hacen cerebro’

Sí, los estudian y lo hacen sentados en los asientos y todo. “Aquí uno no sabe quién entra y quién sale. Unos vienen con mochilas, sacan sus celulares, toman foto y filman, como el sitio es turístico. Es más, hay bancas a los alrededores donde fulano y mengano se sientan y ven todo el movimiento, analizan el negocio”, señala Rosa.

En diciembre pasado, la pileta del mercado fue cercada para poner el árbol navideño y dejaron las mallas. “Mejor, porque allí también se sentaban personas por horas y uno no sabe las intenciones”, dice la vendedora.

Sus estrategias

Desde la alarma por la posible extorsión en el sitio, algunos han borrado de las perchas o pizarras del menú los números telefónicos que eran para pedidos; otros abren un día, cierran al siguiente. “También he visto que los negocios que tenían han reducido el personal, no sé si es estrategia o los trabajadores tienen miedo. Algunos locales abren tarde, pues dicen que cuando abren (05:00) es botado y propicio para este tipo de amenazas”, dice el proveedor.

Rosa admite que ella trata de no repletar su local con sus productos. “Me imagino que si ellos ven harta comida, creen que uno tiene plata y no es así”, expresa.

Marcia admite que desde la alarma, los agentes pasan varias veces para hacer sus rondas y ella está en el chat comunitario-policial.

El miedo, la incertidumbre y el enojo se juntan en el centro de abastos, pero como ‘caído del cielo’, aparece Jesús Ruiz, él es pastor y va arrastrando por los pasillos un parlante del cual sale la alabanza ‘Contigo quiero andar Espíritu Santo’. El cántico busca traer paz a los comerciantes asustados, cuya mayoría esquiva el tema, pero sus rostros revelan lo que sus labios no dicen. 

¡No a los rumores!

“Lo que ha pasado en el Mercado Central es un caso aislado. Llegó una alerta de delincuencia común del ECU911”, asevera el coronel Walter Gómez, jefe del Distrito 9 de Octubre, quien confirma que el pasado 31 de enero se detuvo a un individuo armado dentro del centro de abastos.

El uniformado insiste en la importancia de presentar la denuncia ante estos casos y que no se deben esparcir rumores, ya que causan zozobra y ese sería el objetivo. “A veces son delincuentes comunes que se hacen pasar por bandas organizadas”, concluye el oficial.   

La supuesta víctima de ‘vacuna’ no quiso pronunciarse, pero confirmó que estaría siendo extorsionada por delincuentes y cerró sus redes sociales.