Un policía gritó que había encontrado un bulto, lo cual alborotó a sus compañeros. Ayer, aquel agente había descendido a una quebrada en el kilómetro 36 de la vía Calacalí-Nanegalito, al noroccidente de Pichincha, como parte de la búsqueda de María Belén Bernal, abogada desaparecida desde el 11 de septiembre pasado.

Los miembros del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) enviaron un dron para ayudar a verificar lo encontrado, pero el bulto fue descartado como pista. Durante una semana, esa ha sido la constante en los rastreos: no hay la certeza de a dónde ir, dónde buscar o por dónde empezar para, al menos, recabar un indicio que guíe hacia el paradero de la jurisconsulta.

Ayer, la Policía indicó que se harían ‘barridos’ en cinco lugares (ver infografía) que se alejan entre 5 y 50 kilómetros de la Escuela de Policía Alberto Enríquez Gallo, donde Bernal fue vista por última vez.

La fecha de su desaparición, ella tuvo contacto con el teniente Germán Cáceres, su esposo y quien actualmente se encuentra prófugo, dentro de esta institución de formación de policías.

Ambos estaban peleando en la habitación del oficial y los gritos de la abogada alertaron a la cadete Josselyn Sánchez, quien confirmó que oyó aquel pleito. Actualmente ella, al ser la única detenida, está con prisión preventiva por el delito de desaparición involuntaria.

Decepción

Una vez que se descartó ese bulto encontrado en el kilómetro 36, los investigadores debían moverse a otro sitio. Un agente confirmó que solo en esa ruta habían identificado cinco puntos críticos en los que se podría encontrar algún indicio. Pero por la gran extensión de los ríos y quebradas donde se buscaba, era poco probable localizar algo.

Mientras los días avanzan, la conmoción por la desaparición sigue aumentando. Los esfuerzos realizados por entidades como la Fiscalía o la Policía no han devuelto la calma a los parientes y allegados de Bernal, quienes exigen una pronta respuesta sobre el paradero de la víctima.

Janeth Honores forma parte de ese grupo. La mujer, que ha estado presente en las protestas para exigir que la jurisconsulta aparezca con vida, está sumamente decepcionada con el proceder policial y de las autoridades.

“Estamos desprotegidos. La desaparición de la abogada demuestra una falta de empatía con la ciudadanía”, dijo Honores en una de las tantas movilizaciones que se han hecho por el caso. Para la mujer, es inaceptable que mientras los ciudadanos quieren respuestas ante esta situación, la Fiscalía y la Policía estén en ‘dimes y diretes’.

No más impunidad

Hasta el mediodía de ayer, ni familiares ni investigadores confirmaron el hallazgo de indicios de la abogada en los cinco sitios donde se desplegaron los equipos. Pese a todo, las tareas continuarán. A través de un comunicado, la Policía notificó que se trabajará con total transparencia.

“Nuestro compromiso es ubicar y poner a las órdenes de las autoridades competentes a los responsables, recabar información e indicios que nos permitirán clarificar el proceso de investigación y localización”, indicó la institución.

Sin embargo, Ana Minga, analista y experta en seguridad, criticó todo el proceso investigativo que se ha realizado hasta el momento. Para ella, este caso salió a la luz no por la prolijidad en el accionar de las entidades estatales, sino por presiones de redes sociales. “Es evidente, de acuerdo con los indicios, que hay cómplices dentro de la Policía”, sostuvo.

Aunque Minga mencionó que ahora es la oportunidad para poner un alto a la impunidad. En el caso de Bernal, la experta precisó que se debe emitir una orden de captura internacional contra el policía y hacer lo que falta entre instituciones como coordinar acciones y colaborar con información. “Solo así podrían levantar un poco su imagen y dejar claro que ya no hay impunidad para los crímenes. De lo contrario, es una raya más al tigre”, finalizó.