A los 10 meses ya hacía comerciales, catálogos y publicidad en los diarios, y a los ocho años hizo su primera telenovela en Venezuela. Valentina de Abreu, también conocida como la Chama de la serie de televisión ‘3 familias’, confiesa que ese personaje le cambió la vida, y aunque en Ecuador encontró excelentes oportunidades de crecimiento personal y profesional, siente que es tiempo de alzar el vuelo para continuar con su ascenso como artista.

En silencio se ha venido preparando para partir a México, la meca de las producciones latinas, ya que por acá los proyectos actorales son escasos y lo que se prioriza son los reality shows, que no llenan sus expectativas artísticas.

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Valentina empezó a actuar guiada por su mamá, una vestuarista y maquilladora de televisión, y por su tío Ángel Ramos, fotógrafo del Miss Venezuela y de reconocidas estrellas de su país.

“Empecé a ser actriz desde el útero de mi mamá, ella siempre me hecha broma con eso. Es que yo he sido muy artista, con decir que trabajo desde los 10 meses de edad. Ellos me llevaron a este medio, pero es algo que me ha gustado toda la vida”, asegura.

Participó en las telenovelas ‘Los Querendones’ de Venevisión y ‘Caramelo e’ Chocolate’, en las películas ‘Miranda regresa’ y ‘La planta insolente’, hasta los 12 años, cuando por sus estudios hizo un alto en la actuación. A los 15 años volvió y comenzó a prepararse en teatro infantil.

“Amo trabajar con los niños en los talleres de actuación. Tuve un programa infantil juvenil llamado ‘Geniales’, donde fui animadora. Fue una linda experiencia”.

Hace seis años llegó a Guayaquil, cuando el Canal del Cerro la trajo para interpretar a la Chama, en la serie ‘3 familias’.

“Querían una actriz que se pareciera físicamente a Carita Sucia, personaje que interpretó Sonya Smith, y a mí curiosamente desde chiquita mi mamá me decía que era la hija perdida de Carita Sucia, porque me embarraba todo el rostro comiendo galletas con mermelada”, recuerda entre risas.

Admite que hizo el casting sin mayor expectativa, puesto que había realizado muchas pruebas internacionales sin éxito. Y cuando le dijeron que era la elegida, congeló sus estudios universitarios y sus clases de teatro infantil y partió hacia un nuevo reto.

“Solo cuando estuve acá grabando caí en cuenta de que había emigrado y lo mejor, haciendo lo que tanto amo. Era una época muy difícil en mi país y muchos de mis compatriotas no tuvieron la misma oportunidad. Me siento muy agradecida y bendecida”.

Con su personaje de la Chama la rompió y su popularidad creció. Incluso estaba en la pantalla también en ‘Sharon, la hechicera’, con un rol de villana. Dos papeles completamente distintos que le permitieron demostrar su versatilidad en la actuación.

Gracias a eso, Valentina se sumergió en el mundo de las redes sociales. De 11 mil, sus seguidores en Instagram subieron a 100 mil, número que actualmente se ha triplicado, mientras que en TikTok está cerca del millón.

“Yo llegué a las redes por mi trabajo de actriz, no tenía ni idea de cómo manejarlas y menos que podía monetizar aquello. Me comenzaron a contratar las marcas, todo era nuevo. Fue después de eso que empecé a crear contenido para mis seguidores, primero con comedia y ahora tengo un contenido muy variado, con recetas, maquillaje, baile y actuación”.

Pero no todo ha sido color de rosa para Valentina, porque si bien el éxito profesional le sonreía, en el amor no le ha ido muy bien. Tuvo una relación de tres años con un piloto guatemalteco que conoció en Guayaquil, y una reciente decepción que originó la creación de la canción ‘Peces’, que hizo su amigo Jandino.

“El año pasado en un viaje a Venezuela conocí a un chico que, aparentemente, tenía todo lo que espero en un hombre, porque trabajaba en su salud física, mental y espiritual, pero tuve que volver al Ecuador y ahí él comenzó a cambiar. Duramos solo dos meses, pero me dolió tanto la ruptura”.

Para sanar, Valentina cuenta que se encerró en una habitación con una botella de vino y después de cantar, bailar, llorar, beber y sumergirse en un jacuzzi, cerró ese ciclo. Jandino fue su apoyo, le escribió una canción en cuyo video ella aparece en la parte final.

“Lo admiro y valoro porque es un gran amigo y un gran profesional. Con la canción me empoderó a mí y a todas las mujeres en mi situación. Ahora estoy enfocada en ser mi mejor versión y cuando llegue la persona indicada, estar en la misma sintonía. Estoy conociendo a alguien. Sabe que me voy del país, vamos a ver qué pasa”.

La actriz quiere expandir sus horizontes y aunque afirma que está muy agradecida con todas las oportunidades que tuvo en el país, en el 2024 su mira está puesta en México, “donde las papas queman”.

“Ecuador es mi segundo país, ya hasta desayuno encebollado con arepas y aprendí a hacer bolón porque me va a hacer falta; pero siento que acá los proyectos actorales están muy reducidos, no hay casi oportunidades y se están inclinando más por el tema de los reality shows. Igual, no demerito, pero no es lo que me apasiona como actriz”, explica.

Debido a eso, añade que ha tomado clases de acento neutro, está aprendiendo inglés, estudiando actuación, canto y baile. Tiene creado un buen reel y un mánager para llegar como se debe.

“Sé que la competencia es dura, pero me estoy preparando. México siempre estuvo en mis planes, pero tampoco es que me desvinculo por completo del Ecuador. Acá tengo a mi ahijada, la hija de Emma Guerrero, a quien quiero ver crecer y no quiero irme por completo de su vida. Están mis amigos y el cariño enorme que le tengo al país que me ha dado tanto”, dice con emoción.

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