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Para Sofía Caiche, Armando Paredes fue solo un "donante" de semen
Cuyando con Mauricio | La modelo y actriz no cree que el exfutbolista y padre de uno de sus hijos haya dejado de ser inquieto. “Habrá cambiado, pero calzoncillos”, asegura
En el pasillo de un supermercado del norte de Guayaquil, entre electrodomésticos y ropa, agarré a Sofía Caiche (42 años) en modo mamá. Se levantó a las 05:00 del domingo 19 de noviembre para tener todo listo y estar a las 07:30 en Los Vergeles, porque su segunda hija participó en un campeonato de vóley y ganó.
La actriz se desocupó a las 09:30 y me acerqué cuando terminó de realizar las compras de la semana; me presentó a su esposo, el búlgaro Tihomir Tihomirov (42), quien con cara de enojado se alejó con el carrito de las compras.
- Te vi en Cuenca repartiendo besos.
No solamente en Cuenca, en algunos sectores del país sigo repartiendo besos (en la mejilla) a un dólar, que obviamente eso es para recaudar fondos y al final le damos a alguien que lo necesite, o sea, por una buena causa. Ayudo a los emprendedores, cuando veo a alguien que no ha tenido un buen día, le ayudó a vender su producto. Ya he vendido sánduches, maduro con queso, juguitos, bollos. En Salinas me fue espectacular. Hago dos funciones: entretener y ayudar.
Lleva seis meses como parte de una network (red de creadores de contenido), por lo que le resulta trabajar con sus redes sociales, sobre todo con Facebook, cuya página está monetizada. Sus videos más vistos son cuando ayuda al prójimo, con su toque de humor y picardía.
SU HIJO MAYOR ERA UN ‘CHUCKY’
Es madre de 3 hijos: Piero Perasso (21), una adolescente de 13 y un niño de 3. El primogénito estudia Arquitectura y ya tiene novia. Lo he visto crecer y Sofía recuerda que cuando su “bebito” tenía 13 años y era incontrolable. Se fue a vivir con el papá.
Se puso ‘Chucky’ y le dije a Santiago: “Por favor, ayúdame, que ese niño se me va de las manos”; entonces mi exesposo, como dueño de su tiempo (es empresario), le puso la ‘pata en el pescuezo’ y ahí lo tiene.
- Es algo de lo que no le gusta hablar, pero al consultarle sobre la posibilidad de que su hija conozca a Armando Paredes, su padre biológico, su semblante cambia.
A ella no le falta nada, tiene mucho amor, le sobra amor y la apoyo en todo, y le gusta el deporte, pues ahí vamos.
- ¿Es cierto que chatea con su hermana mayor, la primogénita de Armando Paredes?
Es mentira, eso se lo inventaron.
- Eso dijo Paredes...
Él puede decir misa y yo creo que es la persona menos indicada para hablar; entonces, prefiero vivir mi presente y cuando mi hija tenga 18 años, pues ahí sí tendrá la libertad y la capacidad de hacer lo que desee. Mientras tanto, yo la protejo. Yo hace 13 años y pico no sé nada de la vida de él, no sé si estará vivo o muerto; no lo sé, ni me interesa.
- Nunca olvidaré cuando junto con Carolina Jaume fuimos a visitarte a la clínica luego de dar a luz.
Y mi mamá entró conmigo al quirófano, mientras que acá el señor en cuestión (Paredes) estaba en un yate, en Salinas, con una tatuada (se refiere a la colombiana Juliana Gómez).
- ¿Tu hija te ha preguntado qué pasó?
Le he explicado, con amor, nunca he hablado mal de él, nunca le he hablado mal del donante. Es un donador, nada más.
- Voy a ser infidente, semanas atrás coincidimos en una reunión, en Manabí, y él, llorando, me abrazó y me dijo que quiere conocer a su hija. Le dije: ‘Habla con Sofía; búscala’.
Yo también quisiera la paz mundial, quisiera que termine la guerra, quisiera ser millonaria, todos quisiéramos algo en la vida, pero otra cosa es accionarlo y ya han pasado 13 años.
La noté un poco alterada, tampoco era mi intención molestarla, pero por la confianza que tenemos se desahogó.
- No quiero lastimar su corazoncito de que conozca a esa persona, que no va a estar siempre presente…
- Tampoco vine a abogar por nadie, pero ¿y si cambió después de tanto tiempo?
Habrá cambiado de calzoncillos, porque las acciones dicen lo contrario y yo no sé cuál es el afán con mi nena.
- ¿Eres tóxica?
Para nada, pero sabes que ahora en mi presente puedo decir que he estado tan acostumbrada a estar en relaciones tóxicas, que ahora que no peleo, me preocupo (risas) si algo pasa.
- El búlgaro tiene cara de bravo y es la tercera vez que lo veo.
No es bravo, su cara es así, pero él es acolitador, no estresa. Cada uno vive su espacio y, obviamente, terminamos de trabajar y nos encontramos en la casa.
- ¿Sigues siendo celosa?
Es que yo nunca he sido celosa. O sea, celosa cuando me dan motivos, cualquier ser humano lo es; pero mira, ahora con mi esposo ya vamos a cumplir dos años de casados y cinco de estar juntos y estamos excelente. El hombre no me da motivos, no tengo para qué molestarlo si no me da motivos. Estoy tranquila.
- Pero sí eras bastante celosa.
Tal vez un poco, tal vez un poco intensa en el sentido estar ahí, ahí, pero ahora no, porque cada uno vive en su mundo, porque él no tiene nada que ver con el medio (farándula), él vive sus cosas y yo acá en el mundo de la radio, en la televisión, en las redes sociales, entonces como que esos polos opuestos nos unimos y nos va excelente.
- Recuerdo que al inicio se comentaba que tú lo mantenías porque él manejaba tu carro.
Siempre la gente va a hablar.
- ¿Pero lo mantuviste?
O sea, que te inviten a comer, no significa mantener. El que tú pagues el cinco letras (motel) tampoco es mantener.
- ¿Has pagado el cinco letras (motel)?
Sí, claro, ¿por qué no? Soy demasiado autosuficiente, aunque a veces mi error ha sido que yo quiera hacer las cosas.
- Sigues siendo una bomba sexy, estás guapísima (se da la vueltita), supongo que nunca falta el patán que te escribe obscenidades en redes sociales.
Bueno, te cuento que ya habían dejado de mandarme el ‘pack’, porque me mandaban de todos los portes y colores.
- ¿Tenías una colección, una galería en el celular?
(Risas) Había uno que me había mandado, pero era una cosa, y había escrito mi nombre ‘Sofía’...
- ¿Quééé? ¿Lo escribió con marcador?
Creo que se lo escribió con algún marcador. Eso fue antes de conocer a mi esposo. Era una cosa impresionante.
- ¿Negrito o blanquito?
Era blanquito.
- Si se da el reencuentro de Mi Recinto, ¿te gustaría ser parte?
Ya hemos tenido, todos menos uno (risas).
- ¿Pero con el Garañón no te gustaría volver a trabajar?
Yo, estas alturas, a mis 42 años, tengo totalmente sanado mi corazón, no tengo problema con nadie, yo le deseo lo mejor a todo el mundo, porque todo el mundo necesita y merece ser feliz, y si las personas de mi pasado son felices, Dios las bendiga.
- Pero sería ‘bacansísimo’ ese reencuentro con el Garañón.
Pero es complicado porque ahí ya hay problemas, no solo conmigo, sino con todo el grupo.
- Hay cosas que el público desconoce, pero se quedan con las imágenes del Garañón y la comadre Blondor.
Claro, es que nosotros montamos un imperio, tú lo sabes...
- Hicieron ‘la platota’.
Hicimos mucho juntos y, obvio, éramos los tres, pues; sino que luego se fue Meche Pacheco (comadre Vaca Loca) y nos quedamos los dos.
- Si te propone Villarroel volver al circo del Garañón con los compadres de Mi Recinto, ¿aceptarías?
Sería increíble, primero, por trabajo; segundo, por el cariño que la gente tiene a los personajes, y tercero, porque la vida continúa. Pero ya fue, ya pasó, uno sigue evolucionando.