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Sean ‘Diddy’ Combs: Esto es lo que debía pesar una mujer para entrar a una de sus fiestas
Una extrabajadora del rapero reveló varios detalles que debían cumplir las mujeres que ingresaban a las fiestas, incluso había código de vestimenta
El rapero y productor musical Sean Diddy Combs, conocido también como P. Diddy, ha quedado en el centro de una tormenta mediática tras ser detenido bajo graves acusaciones de delitos sexuales y tráfico de sustancias ilícitas en sus exclusivas y famosas “Fiestas Blancas”, también llamadas “Freak Offs”, conocidas por supuestamente reunir a celebridades de renombre en el entretenimiento estadounidense.
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El New York Post, han dado seguimiento al caso, revelando detalles impactantes sobre el funcionamiento interno de las fiestas de Diddy y las normas que debían cumplir las asistentes para ser admitidas en sus celebraciones. Una extrabajadora, quien prefirió permanecer en el anonimato, compartió con el medio algunos de los supuestos estrictos requisitos que excluían a las mujeres que no cumplían con un perfil físico y estético muy particular.
Los supuestos requisitos que debían cumplir las mujeres
Según la extrabajadora, en estos eventos no se permitía el acceso a mujeres con flacidez, celulitis, tatuajes visibles, perforaciones excesivas o cabello corto. Además, el peso se controlaba de manera minuciosa, tanto que era necesario que las mujeres se pesaran antes de entrar. "Las chicas debían ser jóvenes y atractivas, y para eso siempre tenía una báscula en mi auto por si necesitaba verificar. El número de peso era de 140 libras (63,5 kg), aunque si la chica era alta, había un poco de flexibilidad”, reveló.
Las exigencias de Diddy no solo abarcaban la apariencia física; las mujeres también debían respetar un código de vestimenta específico. “Nada de pantalones, jeans o zapatos planos. Cada chica tenía que usar un vestido de fiesta, preferiblemente muy corto, lo suficiente para cubrir los glúteos, pero no más allá de la mitad del muslo. Debían llevar escote y, por supuesto, tacones de aguja; esa era la única regla sin excepciones”, detalló.
En medio de estas denuncias, resalta otro dato inquietante sobre el acceso de las asistentes: a ninguna de ellas se les solicitaba una verificación de edad. “La consigna era ‘no preguntes, no digas’. En ese momento, yo era joven y, honestamente, pensaba que no preguntábamos la edad por las leyes sobre consumo de alcohol”, añadió la extrabajadora, aclarando que ella nunca supo lo que ocurría al interior de la fiesta una vez que se retiraba.
Este escándalo sigue generando interrogantes sobre la conducta de Sean Diddy Combs y el ambiente de sus exclusivas reuniones. Aunque las investigaciones siguen en marcha, el caso continúa atrayendo la atención pública sobre el aparente abuso de poder y las oscuras prácticas de algunos de los eventos más exclusivos de la industria.
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