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Farándula
Ren Kai: “No sentí el choque cultural”
De niño solo quería hablar mandarín. Asegura que es un poco nerd en la música. Le gusta prepararse full en lo que tiene que ver con negocios...
A sus seis años se mudó a China con sus padres. Allá vivió 10 años. Luego regresó a su natal Guayaquil para estudiar la carrera universitaria de Negocios internacionales. Ren Kai ‘camelló’ creando proyectos para empresas, por cinco años, armando un capital para invertir en su verdadero sueño: la música.
El artista, de madre ecuatoriana y padre chino, cuenta que su corazón está en Ecuador, pese a haber vivido gran parte de su vida en el país asiático, del cual está muy agradecido, pues aprendió a ser disciplinado y puntual, características que para él sería bueno que adoptara este país y por qué no toda Latinoamérica.
“Por como me crié me considero un poco nerd en la música. Soy disciplinado y me meto a cursos en Estados Unidos para ver cómo se maneja una disquera, derechos de autor y sigo buscando estrategias para hacer de la música mi carrera. Lo veo también como un emprendimiento”, detalla.
EL IDIOMA
Admite que no tuvo problemas cuando llegó a estudiar a Guayaquil, pues dominaba el español, inglés y mandarín.
“No sentí el choque cultural, aunque no entendía ciertas bromas con programas antiguos o cosas que transmitían acá en la TV, pero el resto todo normal”, explica el interprete de ‘Otra vez’.
Entre risas, recuerda que su mamá le dice que cuando fue al kinder no quería hablar español, sino mandarín, pues sus abuelos le hablaban así la mayoría del tiempo, ya que sus padres trabajaban.
“No quería y decía que en mi casa hablaba mandarín. Renegaba por eso”, dice.
Por otra parte, cuenta que su sazón ‘guayaca’ siempre estuvo presente, tanto así que en China era molestoso y muy risueño, algo que no es tan común allá, pues explica que la gente suele ser “reservada” y un poco “fría”.
“Soy súper cariñoso, me gusta demostrar mis sentimientos. Lo que heredé de mi papá es el razonamiento y la lógica. Cuando es algo de mi familia me afecta mucho, porque soy muy hogareño. No soy muy emocional con el resto de cosas”, menciona.
Lo que sí le molesta un poco es que la mayoría de ecuatorianos tiene la costumbre de decirles chinos a todos los que tienen ojos rasgados.
“No me siento cómodo, porque me gusta mi nombre. No hay que encasillarte porque tienes los ojos rasgados”, agrega.