Molestos, preocupados y a la vez tristes. Así se encuentran el exfutbolista Raúl ‘Pavo’ Noriega y su esposa Zayda Molina, luego de que el pasado martes, al mediodía, fueron asaltados junto a sus hijos: Valentina y Sebastián. Esto ocurrió en la playa Milina, en Salinas, y el atraco lo cometieron dos tipos armados que se movilizaban en una moto, según detallaron.

Cuenta la entrenadora de fitness que para compartir con su perrita Molly, una bulldog francés, se dirigieron a la playa en cuestión, debido a que es uno de los lugares señalados por las autoridades municipales para llevar a las mascotas.

“Un carro municipal anda perifoneando, en Salinas, a dónde hay que acudir con los perros. Estoy de acuerdo con que no se pueda llevar a las mascotas a todas las playas. Sin embargo, sí permiten borrachos, a mal hablados e irrespetuosos, pero no a los animales”, explica Zayda.

Con pistola en mano

“No teníamos ni 20 minutos de estar tomando el sol, cuando de la nada aparecieron dos tipos a bordo de una moto color turquesa. Me apuntaron con una pistola en la cabeza y nos quitaron todo lo que teníamos”, cuenta Zayda.

Los delincuentes los despojaron de sus celulares, una cámara fotográfica profesional, dinero en efectivo y otros objetos de valor que tenían en una mochila.

“Lo que más me indignó fue que trataron de agredir a mi hija para arrancarle el Ipad que estaba usando; y hasta se quisieron llevar a Raúl y el carro con ellos”, explica.

Desisten

Pese al momento de terror que vivieron, cuenta el Pavo Noriega, les pidió que por lo menos les dejaran las llaves del carro.

“Los tipos querían absolutamente todo y me dicen: ‘tú, ven con nosotros a la camioneta’. Lo que les dije es que se fueran y que nos dejaran las llaves que estaban en la mochila. Que las dejaran botadas, que no los iba a seguir”, comenta el exfutbolista del Barcelona.

Luego de eso declara que los tipos decidieron irse, pero antes le dijeron que las llaves del vehículo las lanzarían tres cuadras más adelante.

“La Milina queda inclinada, y cuando salieron de la playa les perdí la pista. Lo que más me duele y molesta es el momento que tuvieron que vivir mis hijos. Uno lo puede soportar, pero ellos no, nunca habían pasado por algo así”, añade el Pavo.

Llegan tarde

Continúa Zayda narrando que después que los antisociales se fueron, los obreros de una construcción cercana les prestaron un teléfono y pudieron llamar al ECU 911.

“Me preguntaron si era el mismo robo a unos turistas por el sector del Country Club, y que ya habían mandado a los policías. Les dije que no, que este era otro robo. Es terrible pensar que uno llega a pasar un rato agradable en la playa y que suceda esto”, recalca la víctima.

Cuando llegó la policía buscaron las llaves, pero no las encontraron, por lo que los Noriega tuvieron que esperar que fuera un técnico, desde Guayaquil, para que cambie la combinación del carro.

“La policía se demoró, y después para poner la denuncia fue un trámite porque en la comisaría dijeron que no era ahí, sino en la Fiscalía. Por último, ni siquiera me preguntaron las características de los ladrones. ¿Cómo piensan identificarlos? Es absurdo”, expresa molesto.

Otra víctima

Tanto Raúl como Zayda lamentan la inseguridad que existe actualmente en el país. “Me contaron que en ese mismo lugar, donde nos robaron, mataron a una chica por asaltarla”, indica la deportista.

La pareja hace un llamado a las autoridades de Salinas para que haya un mayor control y que los turistas no sean expuestos al peligro como les ocurrió a ellos.

“Mis hijos no han podido dormir. Están nerviosos. Fuimos a pasar bien y en su lugar pasamos por algo horrible”, finaliza Zayda.