Nicolás Maiques no es ajeno a Ecuador. En 2016 vivió en el país durante aproximadamente un año tras grabar la serie ‘La Trinity’. Ahora ha regresado para formar parte de la novela ‘Los García’ y asegura sentirse como en casa, ya que extrañaba el verdor, los mariscos y los paisajes, especialmente de Guayaquil.

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¿Cómo te sientes aquí?

Es un país que amo con el alma; tengo a mi familia (amigos) acá. Cuando me llegó la propuesta, volé a los dos días porque todo fue muy rápido, no lo pensé.

¿Qué es lo que más te gusta de nuestro país?

Su gente, pero Guayaquil tiene una energía muy particular: su arquitectura, sus palmeras, el río, el Malecón 2000, la 9 de Octubre, el cerro Santa Ana, todo. Me encanta. Me siento como en casa y el clima tropical me hace sentir bien.

Se te conoce por dos de las producciones en las que estuviste: ‘Floricienta’ y ‘Rebelde Way’. ¿Cómo te sientes de que la gente te recuerde?

Para mí, es una ternura que la gente me siga recordando por ‘Floricienta’ y ‘Rebelde Way’. Me llena el alma, porque es cierto que hice un montón de novelas, películas y obras de teatro. No importa lo que haga, siempre seré ‘Nico de Floricienta’, y eso me parece lindo.

Le estás agradecido a esas producciones, ¿cierto?

¿Cuántas veces, como actor, tienes la oportunidad de hacer algo que se vuelva inolvidable? Hay tantas novelas que pasan sin pena ni gloria al olvido; en cambio, ‘Rebelde Way’ y, sobre todo, ‘Floricienta’, se volvieron eternas, no mueren, se siguen viendo y repitiendo. Para mí, es algo por lo que agradecer, y el amor que me brinda la gente es algo que siempre voy a valorar.

Eres uno de los actores que más habla sobre la salud mental, un tema que aún es un tabú para muchos.

Lo que pasa es que todavía falta, en general, no solo en Ecuador, educación sobre salud mental. Yo me crié en ese ambiente porque mi madre es psicóloga. Voy a terapia desde los 4 años y siempre seré un abanderado de la salud mental, de esa búsqueda eterna. Hay que hacer terapia; no hay que ver al psicólogo o al psiquiatra como algo horrible. ¡Por favor, chicos! ¿Por qué no se enfermaría el cerebro si es un órgano más? Siempre hablaré de todo lo que pueda para ayudar a quienes lo necesiten.

También eres abanderado del activismo y defiendes a la comunidad LGBTIQ+. Precisamente, ahora actuarás con una actriz trans (Anahí Festerling).

El hecho de que haya una mujer trans y que sea interpretada por una actriz trans ya es fabuloso. En mi caso, interpreto a un personaje ambiguo, que no se define, y todos los personajes están constantemente tratando de etiquetarlo, diciendo: ‘¿Será gay?’, ‘¿Le gustan las mujeres?’. Esas escenas son interesantes porque educan. No hay que ponerle etiquetas a nadie ni tener la mente tan cerrada. Simplemente es una persona a la que le gusta otra persona, y no le hace daño a nadie. No molesten, sean libres y vayan a terapia, porque el problema no lo tiene la persona que tiene un deseo que a otros les parece ‘distinto’; el problema lo tiene quien lo mira mal.

¿Incluir un personaje trans es un crecimiento para la televisión ecuatoriana?

¡Claro que sí! Me encanta que se muestre un personaje como el de Frank Bonilla, que empieza a enamorarse de una mujer trans. Esto le va a mover el piso a muchos heterosexuales, que van a ver a una mujer espléndida.

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