No saben bailar, dicen que son unas tablas en la pista y que no conocen de danza, esos son algunos de los argumentos repetitivos de varios talentos que ingresan al reality de baile ‘Soy el mejor’, lo cual genera una interrogante: ¿Qué hacen en un programa de ese formato?

El productor del canal digital Telepremier, Andrés Villalva, explica que en los realities del país se están escogiendo personajes que no bailan, pero que generen contenido o polémicas.

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“Hay que ser realista, la televisión y los realities han seguido rotando en los mismos participantes. Pero hay una nueva generación de primos, esposos y hermanos de esos talentos, que quieren una oportunidad”, menciona.

Como ejemplo cita el caso del esposo brasileño de la presentadora Virginia Limongi (Cezar Augusto), que no tiene experiencia en el baile, incluso él dijo que se considera una “tabla” para eso.

“Hay que recordar que no solo se busca gente que baile, sino que tenga su público y carisma (...). A los talentos nuevos se los va construyendo en el camino”, dice.

Cree que deberían contratar a Luciana Guschmer y a Gigi Mieles, pues son personajes importantes de redes sociales y “no son talentos prostituidos, porque hay tanta de esa gente en la televisión que termina cayendo mal. En BLN hay un Jimar Vera, una Ángela Orellana, que deberían estar animando o cantando y no de jurado, y una Joselyn Encalada que ya aburre verla en reality, porque debería estar en otra etapa de su vida”.

El productor de TC y encargado de ‘Soy el mejor’, Marlon Acosta, cuenta que buscaron talentos que aporten con su carisma y sus ganas de querer sobresalir.

“No necesariamente tienen que ser bailarines profesionales (...) Hay personas de las temporadas pasadas que comenzaban de cero y fueron aprendiendo y en la actualidad bailan bien. Tal es el caso de Lue Mansilla, quien hoy por hoy es finalista. Los jurados califican el proceso y la evolución”, justifica Acosta.

El exjurado de dicho programa y coreógrafo Néstor Balbuena confirma que no es necesario saber bailar para obtener un cupo en el programa.

“Es un juego. Como, por ejemplo, en ‘Bailando por un sueño’ en Argentina, ha ganado varios años La Mole Moly, un boxeador que nunca pudo dar un par de pasos. Siempre el que decide es el público. Muchas veces el carisma supera la técnica del baile y el carisma también es un talento”, finaliza. 

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