Las críticas en redes sociales son el pan de cada día de la presentadora Mariela Viteri (55 años) quien ha vuelto a ser señalada por ser muy “imprudente” y por hacer preguntas demasiado íntimas a su invitados.

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Pero Mariela dice tener su estilo marcado desde los años 90, cuando inició haciendo televisión. Precisamente, su esencia es la de hacer preguntas ‘pícaras’ y que saquen de la zona de confort a los talentos.

“No es que hago comentarios imprudentes, sino que las entrevistas son dinámicas, y sí, a veces pregunto ciertas intimidades, pero lo he hecho siempre. Quizá como ahora hay un nuevo público en redes sociales, no saben que estuve en muchos programas haciendo ese tipo de contenido”, justifica.

Hace poco tuvo un inconveniente con la presentadora Conny Garcés, tras recordarle su paso por el reality ‘Desafío a la fama’ y la polémica cuando fue tachada de “prepago”. Conny se molestó y le dijo que le parecía una falta de respeto que toque ese tema, siendo ella mujer.

Entre risas, Mariela dice que hasta la actualidad ningún entrevistado se ha parado y le ha dejado la entrevista botada, pero sí han salido muy molestos, como le ocurrió con el cantante español Miguel Bosé y el puertorriqueño Ricky Martin.

“Hay invitados que son muy sensibles. Me gustan quienes sortean la suerte y saben cómo responder, así como la Flaca Guerrero, que no se ‘cabrea’, entra en la onda de la ‘joda’, porque prefiero la risa que un programa lleno de llanto”, explica Viteri.

Aunque ser así hizo que haga llorar a la presentadora Gabriela Pazmiño. Y aunque eso ocurrió en 2005, el sentimiento de culpabilidad la invade a Mariela.

“Se puso a llorar por algo que le dije, fue un tema muy sensible que se lo topé, pero todo el mundo quería saber. Fue antes de que se case con Dalo Bucaram. Después le mandé un ramo de flores para disculparme, le dije que no era mi intención”, confiesa.

Aunque Mariela se muestra ‘canchera’ en las entrevistas, dice que tiene su ‘talón de Aquiles’, pues se le hacen difíciles los políticos y la gente con el ego muy alto, pues “no me gusta la gente sobrada”. 

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