El tatuaje tipo anillo que la presentadora de farándula Marian Sabaté lleva en su dedo medio de la mano derecha, con el nombre de su exesposo Kikín Mero, no quiere desaparecer, a pesar de las dos dolorosas sesiones de láser a las que se ha sometido.

"Me hice dos sesiones y no me sirvieron de nada. Había visto que el láser sirve y no fue así. Dolió horrible. Fui a uno de los mejores lugares estéticos de Europa, en España, pero solo se aclaró, y el nombre se intensificó más", se lamentó la llamada 'reina de la prensa rosa' quien volverá por una tercera intervención para retirarlo.

Si aquello no resulta, Sabaté comentó que no le quedará más que hacerse un 'cover-up' o sea un nuevo tatuaje para cubrir el que tiene.

Afirmó que está arrepentida de haberse tatuado el nombre de su expareja con quien duró casi 8 años casada. "No es el fin del mundo, ni me voy a morir, soy de las que se arrepiente de pocas cosas, pero ya pues, a lo hecho, pero, si me arrepintiera de tantas cosas que he hecho y que no han sido correctas estaría muerta", indicó.

Recomendó no tatuarse a otra persona, al menos que sea mamá, papá o los hijos, "ni siquiera sus esposos, hazte símbolos que signifiquen a la otra persona, pero no tatuajes, es una tontería. No me lo hice de chiquita, sino de vieja, no tengo excusas".

Acerca de su relación con Mero, asegura que fue tóxica y que debió haber terminado hace mucho tiempo. "Fue un círculo vicioso, seguíamos en lo mismo y en lo mismo, que era imperfecto, que no funcionaba, uno tiene que apostarle a las cosas y pelearle a la relación y si ya no tiene solución no la pelees más, eso de que así pegue o mate marido es, es de otra época, ya no se estila. Pienso que sí perdí algunos algunos añitos de mi vida. A esta edad no estamos para perder tiempo", sentenció respecto a su condición cuando estuvo casada.