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Farándula

No quiere que le hablen de amor. Ahora está enfocada en sus entrenamientos deportivosCORTESIA

María Teresa Guerrero habla de su separación con Danny Glick

La deportista ecuatoriana dice que no hubo cachos ni maltrato, solo estilos de vida diferentes.

En enero pasado, la expresentadora y deportista María Teresa Guerrero (43) y su todavía esposo, Danny Glick (48), quienes viven en Estados Unidos, decidieron tomar caminos distintos. Aunque no anunciaron su separación de inmediato, cuando lo hicieron (en febrero) fue a través de las redes sociales, pero sin escándalos ni agresiones, como ocurre en la mayoría de los casos. Diez años de matrimonio, de los cuales ha quedado una buena amistad. Desde donde vive, en Boulder, Colorado, habla con este Diario.

Nuevamente sola...

Las separaciones son normales, así ocurre en las relaciones. La gente lo considera un fracaso, no lo veo así porque no nos hemos separado por cachos, maltrato, peleas o por algo malo.

¿Entonces qué pasó?

Simplemente, las parejas se separan porque tienen estilos o puntos de vista distintos, se cumple un ciclo. Danny es mi mejor amigo, nos amamos, nos respetamos, nos hablamos todos los días. Separarse no significa que no nos quisimos y que nuestra relación no haya sido maravillosa. Nosotros tenemos estilos de vida diferentes. No sé si más adelante volvamos, no lo descarto, es un hombre increíble. Cuando lo anuncié vi los comentarios en las redes sociales de que esto se dio porque no tuvimos hijos. El primero que no los quería era él. La gente habla por hablar y sin saber. Simplemente, se tienen deseos distintos, no por eso soy egoísta. No quise ser mamá, quiero ser deportista hasta el final de mi vida, hasta que sea una vieja. Voy a correr hasta los 80 años, o nadaré y montaré bicicleta. Es lo que me apasiona. Danny también es deportista, ambos nos admiramos.

Sorprende la madurez con la que han llevado un proceso que generalmente es doloroso y complejo.

Aquello se logra con respeto, diciendo siempre la verdad. No ocultando nada. La comunicación es básica. Danny no es machista, no podría estar con una persona así. Soy Acuario, me gusta ser libre, que no me amarren mucho porque salgo corriendo. Nunca nos hicimos daño, siempre existen altos y bajos, pero nada más. Durante la pandemia quiso vivir en Lagunitas en California, trabaja desde casa. Es muy distante y estábamos alejados de todo, en la montaña y sin amigos. Reflexioné, la vida se acaba muy rápido, quería hacer lo que me hace feliz. Decidí venir acá, a él le gusta estar en la montaña. Lo respetamos y cada quien tiene un hábitat. Es normal equivocarse, siempre y cuando se lo haga con respeto y amor. Los escándalos se dan cuando se habla mal de la otra persona. Prefiero manejarlo todo a puerta cerrada. No hace falta hacerse daño.

Vivió un divorcio y ahora una separación…

Es totalmente diferente. Con Jeff Karram era una niña, muy inmadura. Nos casamos a los tres meses de conocernos. Ahora él está feliz con su esposa. A Danny lo amo, ha sido el amor de mi vida. De mi primer matrimonio aprendí no hacer nada a la ligera. Con Danny estuvimos juntos tres años antes de casarnos. Jeff no vivía en Ecuador y no hablaba español. Danny vivió allá tres años y hablaba el idioma. Fue una relación preciosa y siempre la llevaré en mi corazón.

¿Con quién se quedarán los ‘hijos’ perrunos, Pinchy y Hugo?

Pronto nos vamos a ver con Danny en California. Tiene a los perros. Me manda fotos de ellos. Iré a apoyarlo en su carrera en Utah y Danny me apoya en las mías. Los perros son como nuestros hijos.