De su padre tiene escasos recuerdos. Casi nada, tal vez. Solo sabe que Marco Vinicio Bedoya fue un popular animador de televisión. Pero ese delgado hilo es la conexión que lo ha llevado a seguir sus pasos en la pantalla chica. Hoy, Marco Vinicio Bedoya Bravo, de 25 años, se estrena como presentador del noticiario del nuevo canal en línea Telepremier.

Él es el último hijo de Marco Vinicio, asesinado hace 22 años en un caso que hasta el momento no ha podido ser resuelto. Es producto del segundo compromiso que tuvo el presentador con la doctora Gioconda Bravo. Marco Vinicio Jr. quedó huérfano de padre cuando iba a cumplir tres años. No recuerda el rostro de su papá, asegura, así como todo lo que vivió hasta los 5 años de edad.

Para recrear esa etapa ‘borrada’ se apoya en los pocos vídeos que ha encontrado en Internet cuando Marco Vinicio era el animador de La feria de la alegría, en RTS; Todos a bailar y A todo dar, en TC.

De su niñez guarda fotos junto con su papá, quien al igual que a sus otros tres hermanos solía llevarlo a los sets de televisión.

Le temía a los reporteros y a las cámaras, con las que ahora se ha encariñado gracias a su tío Horacio Bedoya, El comandante, locutor y animador, quien lo invitó a ser parte del espacio Comando diversión, en RTU.

Su ingreso a ese programa, que duró cerca de cinco meses, se dio mediante una triste circunstancia. En 2011 le detectaron cáncer  (linfoma no Hodgkin). El tumor era mortal, estaba ubicado en el área del abdomen bajo y fue detectado en etapa terminal con inicios de metástasis. Le dieron de 15 a 20 días de vida.

“Quienes me conocen saben que lo que pasó conmigo fue un milagro. Nosotros somos creyentes y siempre creímos que iba a haber un resultado favorable y así fue”.

El tratamiento duró 14 meses, entre quimios y radioterapias. En ese tiempo atravesó por varias complicaciones. “Me quedé sin ver de un ojo, sin caminar, prácticamente me operaron tres veces. Mi recuperación fue muy larga, llegué a pesar 45 kilos. Terminé con escoliosis, pero de a poco, gracias a Dios y con el apoyo de mi madre y de mis abuelitos maternos, salí adelante”.

En vista de que no podía comer nada fuera de la casa, porque cualquier bacteria o virus podría hacerlo regresar al hospital, estudió Gastronomía. Con todo ese aprendizaje sus tíos lo incentivaron para que hiciera un segmento de cocina en RTU, pero no fue de su agrado. Sin embargo, le atrajo el ambiente, al ver el set armado, bien iluminado y rodeado de cámaras.

“Por eso lo describo como una conexión, porque jamás había estado en un estudio. No sé si en el plano psicológico mi mente bloqueó todos los recuerdos y solo me quedé con los de los 5 años en adelante”, señala.

Enamorado de la tele

El impacto que le causó el set de televisión fue tan grande, que de inmediato le dijo al Comandante que no quería el segmento de cocina, sino estar junto a él. “En mi vida había cogido un micrófono o hablado ante una cámara, obviamente los nervios me pusieron los pelos de punta. Mi tío me aconsejó que anotara todo lo que fuera a decir, que salga y lo diga. Luego me presentó y entré”, recuerda Marco Vinicio.

Se inscribió en el Instituto Superior de Estudios de Televisión (ITV), donde obtuvo el título de Tecnólogo en comunicación para TV, con mención en información y noticias. Hizo pasantías en Radio Estrella, junto a su compañera Anggie Anchundia. Ambos daban las noticias en el segmento de 12 a 13 y 30 pm, en La revista del mediodía.

El periodista de farándula, Andrés Villalba, quien tiene un espacio en esa estación llamado La cocina, lo había escuchado. Cuando empezó a armar el proyecto de Telepremier, del cual es su gerente, los convocó a él y a Anggie para que formaran parte de este canal.