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Farándula
Marco Vinicio Bedoya Jr. abrigado con el recuerdo de su padre
Marco Vinicio Bedoya Jr. atesora ternos y un buzo del popular animador. Le huía a las cámaras pero descubrió que la TV también era lo suyo
Los recuerdos que Marco Vinicio Bedoya Bravo tiene de su padre, el popular animador de A todo dar y la Feria de la alegría, Marco Vinicio Bedoya, son tan frágiles que se aferra a algunas prendas que atesora en su hogar.
El 1 de mayo se cumplirán 24 años del asesinato del presentador de televisión y para su hijo el dolor sigue latente porque su muerte sigue siendo un caso sin resolver. “Es indignante, pero está la justicia de Dios que es perfecta”, indica.
Marco Vinicio Jr. es producto del segundo compromiso del animador con la odontóloga Geoconda Bravo, y al igual que su papá, también se inclinó por la televisión.
En 1998, cuando murió Bedoya, su hijo estaba por cumplir 3 años. “Cuando falleció mi padre perdí la memoria. Solo tengo un vago recuerdo de él cargándome en sus brazos, creo que fue en mi último cumpleaños”, revela.
Por eso guarda como un tesoro sus fotos y algunas prendas de su padre. “Son unas levas, pantalones, corbatas y un buzo muy colorido. Me gusta mucho el buzo y lo he usado, lo demás no porque me queda grande”.
Por conversaciones con su mamá sabe que solía permanecer en la ventana esperando el regreso de su progenitor.
“Me cuenta que a veces me encontraba en el patio llorando y gritando enojado con Dios por haberse llevado a mi padre”.
Nada más. Los recuerdos desde entonces explica que huyeron de su memoria.
Volvió la memoria
“Mi teoría es que fue una especie de mecanismo para aislar el dolor. Hasta que tuve ocho años mi mente estaba en blanco. Recuperé la memoria cuando mi mamá conoció a quien sería su segundo esposo”.
A partir de entonces indica que su vida fue diferente. Volvió a tener una familia que más tarde se completó con el nacimiento de su hermana Anahy, actualmente de 16 años.
“Él (padrastro) hizo las veces de padre y a pesar de que se divorciaron, hasta ahora ha sido un pilar fundamental en mi vida, principalmente con el cáncer que me tocó vivir en el 2011”.
Ese segundo golpe en su vida cuenta que lejos de hacerlo decaer lo fortaleció. “Tuve un linfoma no Hodgkin, tipo Burkitt, la doctora dijo que era un cáncer mortal, expansivo y fulminante, que no me daba más de 15 a 20 días”.
Después de 14 meses de tratamiento y un sinnúmero de quimioterapias y radioterapias, quedó libre del mal. Cumplió 17 años mientras estuvo internado en el hospital de Solca (Sociedad de Lucha Contra el Cáncer del Ecuador).
Su vida en la tv
Tras ese proceso y debido a que debía seguir una buena alimentación, decidió estudiar gastronomía, lo que más tarde le serviría para descubrir su gusto por la televisión.
“Veía una cámara y le huía, pero todo cambió cuando mis tíos Cecilia y El Comandante Bedoya me invitaron al programa Comando Diversión, en RTU, para que hiciera un segmento de cocina”.
Se dio cuenta de que cocinar en la pantalla no era lo suyo, pero estar en el set fue la conexión para entender que su vida estaba ligada a la televisión. Estudió comunicación y desde hace un año es el presentador del noticiero del canal digital Telepremier.
“Me encasillé en las noticias, pero me gustaría poder sacar esa parte entretenida que tengo. Sería un gran reto para el que tendría que prepararme, principalmente, por el peso del nombre que llevo”.