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Farándula
Luis Antonio Ruiz: "Sigo limpio y entré a la última fase previo a darme el alta definitiva"
Luis Antonio conversó con EXTRA sobre cómo le fue en su chequeo en Murcia
Antes de cruzar el Atlántico con destino a Ecuador, EXTRA conversó en exclusiva con Luis Antonio Ruiz sobre su actual estado de salud.
En 2016 le diagnosticaron el más mortal de los cánceres: Linfoma no Hodgkin-Burkitt etapa 4, que ataca al sistema linfático, la red del cuerpo humano que combate las enfermedades. La etapa 4 es cuando el linfoma se ha propagado ampliamente a por lo menos un órgano fuera del sistema linfático, como la médula ósea, hígado o pulmón, y las probabilidades de sobrevivir son pocas o casi nulas si no se detectan a tiempo.
A bordo del avión que lo traerá de vuelta, Ruiz dijo estar agradecido con Dios por seguir vivo y además compartió su inmensa felicidad en redes sociales. “Acabé mis análisis con todas las de ley en el Hospital de Murcia. Solo tuve cariño de mi doctora, mi personal médico y buenas, buenas noticias. Sigo limpio y entré a la última fase previo a darme el alta definitiva. De hecho, la última hospitalización que será en un año será para eso”, comentó.
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Viajó al viejo continente el martes anterior y este lunes 18 de marzo retoma sus actividades laborales. Afirma que en marzo de 2025 deberá internarse nuevamente en el Hospital General Universitario Morales Meseguer y con fe tocar la tan anhelada campana, símbolo de que se curó del cáncer y derrotó al maligno que le quitó la posibilidad de procrear, debido a las quimioterapias.
Cuando le dieron el alta, visitó Caravaca de la Cruz, una ciudad a una hora de distancia de Murcia, con el propósito de postrarse ante la Cruz, emblema de aquella localidad cercana al Mediterráneo. Recuerda que años atrás, cuando estaba en la fase final de su tratamiento y le dijeron que su recuperación era un milagro, prometió siempre volver y “pues vine a cumplir con mi promesa y me encontré con que era año Jubilar de Caravaca. Todo el pueblo sale a la procesión y, obvio, me metí. No sé cómo ni en qué momento terminé cargando la Cruz que presidía el acto. Y después, como hace 4 años cuando me convencí que ya estaba curado, terminé besando la misma reliquia de la Cruz de Caravaca, donde está la astilla más grande de la Cruz original según el Vaticano, de la mano del Obispo de Murcia”.
“Ahora he prometido volver siempre, siempre, siempre. Y he reafirmado mi decisión de seguir en la búsqueda de oportunidades para quienes, como yo, puedan tocar la campana y volverse testimonio de lo que ahora es el precepto de mi vida: la Misericordia es el Camino”, dijo lleno de esperanza y gratitud.
El periodista regresa recargado de energía y con el testimonio de que para Dios nada es imposible. Allá, al otro extremo del mundo, encontró la medicina y los profesionales que lo rescataron de la muerte.
Sin duda, su testimonio de sanidad es inspirador para quienes añoran una cura para padecimientos incurables. Entre tantas malas noticias, la voz de Luis Antonio Ruiz es un bálsamo para creyentes y no creyentes.
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