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Farándula
¡Kim Kardashian, con el potito al aire!
Kim Kardashian no encajó en el traje de Marilyn Monroe, su voluminoso trasero le jugó una mala pasada y la pieza no cerró
Una cosa fue lo que se vio y otra muy diferente lo que en realidad pasó. El voluminoso trasero de Kim Kardashian, de 41 años, le jugó una mala pasada en su afán de convertirse en la icónica Marilyn Monroe en la Met Gala 2022, en Nueva York.
No cerró
De nada le sirvió la dieta con la que dijo que había logrado bajar siete kilos en tres semanas, ya que el traje no era de su talla, por lo que le quedó el potito al aire y tuvo que cubrirlo con un abrigo.
“Fue todo un desafío, era como un papel, estaba decidida a encajar”, contó la influencer en la alfombra roja y explicó la forma que adaptó su cuerpo a la famosa pieza.
“Me ponía un traje de sauna dos veces al día, corría en la cinta, corté por completo todo el azúcar y todos los carbohidratos y solo comía las verduras y las proteínas más limpias”, detalló.
El esfuerzo no fue suficiente, ya que no pudo abrochar el traje con el que Marilyn cantó ‘Happy birthday, Mr. President’ a John F. Kennedy, en 1962.
La recordada actriz tenía una curvilínea silueta, pero no tanto como la que tiene Kim Kardashian con caderas pronunciadas y unas grandes pompis,
Se desespera
Un video publicado por TMZ deja ver a los asistentes de la influencer tratando de ajustarle el vestido, sin éxito.
Todos los intentos fueron vanos, ya que la icónica pieza era más pequeña, por lo que tuvo que llevarlo con un abrigo de piel en forma de chal, lo que le permitía tapar su colita.
En el video se puede ver cómo la angustia se apoderó de Kim que a toda costa quería enfundarse el traje.
“¡Dios mío!, ¿podemos dejarlo abierto?”, pregunta desesperada.
Después de desfilar por la alfombra con dificultad cambió la pieza por una réplica hecha a su medida que entallaba perfectamente en su cuerpo.
Marilyn Monroe encargó en 1962 el vestido al diseñador Jean Louis, que lo confeccionó en color piel con miles de piedras de adorno.
Era una de las prendas emblemáticas de la actriz que le permitía destacar sus curvas.
Incluso, existe la leyenda que para entallarlo tal como lo quería Monroe fue necesario cosérselo sobre el cuerpo antes de su actuación ante el presidente Kennedy.
El vestido es una pieza de la historia de Hollywood y fue vendido en una subasta por 4,81 millones de dólares en 2016.
Se lo exhibe en el Ripley’s Believe It or Not! Museum, de Orlando, Florida.