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Farándula
Julián Campos: “En el fútbol no soy llorón”
El actor colombiano admite ser un hombre muy sensible. Fue futbolista profesional, sueño que abandonó debido a las lesiones que sufrió
Ser más sentimental que racional. Ese es uno de los defectos del actor Julián Campos, quien admite que está trabajando en controlar sus emociones. Ya no quiere que lo vean llorar.
El año pasado planeaba regresar a vivir a su natal Colombia. Estaba ‘camellando’ allá, incluso protagonizó la serie ‘Sí fue gol de Yepes’. Pero cuando le propusieron ser parte del elenco del programa ‘Soy el Mejor’, decidió quedarse.
Graduado en Marketing y Negocios Internacionales, él abre su corazón a EXTRA y habla de la deuda que siente que tiene con sus padres y de su proceso para llegar al mundo de la farándula, cuando no estaba en sus planes.
Se iba a Colombia y luego lo vemos bien encaminado en este país, ¿qué pasó?
Soy muy emocional y poco racional. Te puedo asegurar que si me sale un proyecto maravilloso en Colombia, Perú o Chile... voy. Ese es mi problema, porque a la larga no tienes estabilidad (...) Pasan los años y creo que ya tengo que enfocarme en algo, porque incluso aquí nos pusimos un negocio de comida con mi esposa (Kimberly Cedeño).
Kimberly lo apoya en todo, incluso mantuvieron su matrimonio a la distancia...
Ella me apoya siempre y cuando sean proyectos que no pueden afectar la relación. Si me hubieran llamado para ‘El Poder del Amor’, no hubiera aceptado porque es algo que compromete mi matrimonio, pero si es algo que me permite crecer, obvio me apoyará.
Actuación, animación, baile, deporte, ¿qué le apasiona?
He llegado a la conclusión de que soy apasionado por la televisión porque amo animar, fue un proceso corto, aunque me salen cachuelos y lo disfruto. Me encanta bailar, competir, presentar. Lo único que no hago es cantar.
En redes sociales le dicen que llora por todo, y es que últimamente lo vemos sensible en televisión...
Mi familia es mi talón de Aquiles, si me quieres ver llorar, tócame esa tecla y lo logras. Cuando actúo pienso en eso y lloro. Pienso en mi papá y mi mamá, porque siento que tengo una deuda con ellos. Soy el menor de tres hermanos y no cumplí lo que ellos deseaban. Dejé mi casa a los 13 años por irme en busca de mi sueño de ser futbolista. No les di tiempo de mi adolescencia a ellos.
Pero últimamente se ha mostrado más vulnerable
Mi papá venció el cáncer, mis hermanos tuvieron hijos y con mi pareja no podemos. Todo me ha puesto emocional desde hace dos años. También estoy solo en el país, mi esposa es lo único que tengo aquí.
¿No le molestan los comentarios?
La gente me dice llorón, pero no me molesta, no me afecta, pero me da enojo no poder controlarme. No quiero que crean que lo hago con esa intención, pero mi punto débil es mi familia. Soy de los que veo en un semáforo a una mamá con la niña y comienzo a llorar, mi esposa se ríe.
¿Y aquel sueño de ser futbolista?
Casi nunca habló de mi historia de fútbol porque cuando la dejé, sentí frustración y creo que el arte llenó ese espacio. Nací en Santa Martha (Colombia) con el talento de jugar. Me vio un empresario y me llevó al Independiente de Medellín. Viví dos años en Brasil. Después en Panamá. Regresé a Cali y comenzó mi lesión de las rodillas y desistí. Tenía 22 años cuando lo abandoné.
¿Cómo se da ese ingreso al mundo del espectáculo?
Cuando jugaba en Panamá (Sporting San Miguelito) todos eran morenitos y yo era el único rubio, entonces las marcas me contrataban como modelo y me pagaban más. Recibía mi sueldo de futbolista y el de modelo era mayor. Cuando desistí, busqué la forma de dedicarme a eso; conocí amigos y llegué a probar suerte en Ecuador.
Las lesiones acabaron con ese sueño...
Tengo dos cirugías pequeñas en ambas rodillas. Eso me limitaba mucho. Hay que entender que la carrera del futbolista es corta. Si a los 22 no tienes un club fijo, debes preocuparte. Ya me estaba graduando de Marketing y Negocios Internacionales, por lo que me enfoqué en eso también (...) Jugaba de volante izquierdo. Soy zurdo de brazo y pierna. Julián es otro jugando. En el fútbol no soy llorón, soy un animal y me pico en partidos.