Con 24 años de trayectoria, la cantante quiteña Hipatia Balseca se declara cauta a la hora de subir a un escenario, en especial, si de escoger un atuendo se trata.

Dice que para seleccionar un traje considera el clima, el público al que se dirigirá y también se deja llevar por el misticismo que esconden los 50 vestidos que tiene en su clóset.

Para presentaciones en espacios fríos siempre opta por los que tienen manga larga y cuello alto, pero deja espacio para mostrar algo de pierna. En cambio, en climas calientes se inclina por la ropa ligera, con transparencias, con menos tela e incluso más sensuales.

“Tengo que recordar qué traje ocupo en la ciudad a la que voy, para no repetir. No me gusta volver con lo mismo a una presentación. Soy muy meticulosa para combinar. Siempre debe estar en sincronía la ropa con los zapatos, las joyas y demás accesorios”, añade.

Con respecto al misterio que esconden sus prendas, Balseca dice no ser creyente de la buena o mala suerte, pero...

“De todo mi clóset tengo 3 trajes que son de mala suerte y es comprobado. Siempre pasa algo cuando me los pongo. Llueve, está mal el sonido, la acogida de la gente no es buena...”, dice.

Según la artista, la última vez que usó uno de estos fue para un evento en Ambato. Llegó a la ubicación asignada por el organizador, pero no encontró nada. Después de media hora de búsqueda, supo por una moradora que el evento había sido movido a otra dirección.

“No me gusta tenerles señalados a los pobres vestidos y peor meterme en la cabeza que me va mal, pero coincide que me los pongo y algo pasa. Cuando llegué al escenario no me fue bien. No hubo mucha gente, cayeron truenos. Solo faltaba que lluevan gatos”, bromea.

En el otro lado de la moneda, la intérprete afirmó que con el resto de su clóset solo le llueven aplausos y éxitos.

Renovación

Después de la cirugía de rodillas a la que fue intervenida hace unos meses, Hipatia confiesa que desde entonces no volvió a ser la misma y tuvo que modificar sus gustos en el calzado.

“Ya no puedo usar tacos muy altos. Tengo que optar por unos más cómodos, con plataformas o taco bajo, máximo número 4”.

En su zapatero guarda más de 40 pares. “Los que ya no podré utilizar, los voy a guardar para exhibirlos en mi museo musical, que realizaré más adelante”, afirma.