Muros de lata cubrían los accesos a las localidades del concierto del Bad Bunny. El espectáculo previsto para la noche del miércoles 16 de noviembre de 2022 contó con una logística nunca antes vista para un concierto en la capital. Más de 30 mil personas disfrutarían del show del ‘Conejo Malo’.

Además de esas paredes de seguridad con las que, al parecer se buscaba el ingreso de los seguidores en orden y mantener cierto hermetismo sobre el evento, hubo controles exhaustivos en los accesos al Estadio Olímpico Atahualpa, en el norte de Quito.

Dos anillos cercaron la zona desde el martes 15 de noviembre. El primero abarcaba las calles aledañas al escenario deportivo. Entre ellas la Manuel María Sánchez y la José Correa. Al día siguiente, se cerró los accesos a la avenida Seis de Diciembre, desde la Portugal hasta la Gaspar de Villaroel. Ocurrió lo mismo sobre la Naciones Unidas.

En casa una de las vallas, personal de seguridad del evento verificaban el acceso de los fanáticos con boleto físico. Días antes del espectáculo, los seguidores de Bad Bunny denunciaron la adquisición de entradas falsación por lo que se dio controles exhaustivos en los accesos principales y en cada una de las 15 puertas por las que accederían los fans.

Poco antes de las 21:00, hora a la que Bad Bunny saldría a escena, aún había persona el exterior del Atahualpa. Esto, debido a los filtros de seguridad que revisaban una y otra vez la autenticidad de los boletos. En el interior, personal de seguridad revisa el ingreso de artículos prohibidos.