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Farándula

Karen muestra feliz el resultado de su transformación como Asuka, personaje del anime Evangelion.Christian Vinueza

Cirujana ha invertido más de 10.000 dólares en sus disfraces de cosplay

Chexama es el nombre artístico de la guayaquileña Karen Bayas, quien encanta a seguidores y pacientes por sus transformaciones en personajes de anime.

Es precisa con el bisturí y el maquillaje. En el cuerpo de Karen Bayas habitan dos personas: la cirujana y la cosplayer. Tiene 30 años y cuando no está en el quirófano reparando partes del cuerpo de sus pacientes, esta guayaquileña se transforma en una waifu (personaje femenino en el anime y manga).

Como si fuera a realizar una operación, en el cuarto de su casa, al sur porteño, Karen sacó su traje, alistó su cómoda, los utensilios de belleza y empezó a pintar sus grandes y redondos ojos. Así comenzó el proceso para convertirse en Asuka, el personaje del anime Evangelion (emitido en 1995).

Estas ‘mutaciones’ son parte de su vida. Puede tardar, como mínimo, una hora, dependiendo la figura.

Su ‘vicio’ por el cosplay (disfrazarse de un personaje de ficción) se inició a los 15 años, cuando visitó por primera vez una convención de anime en el Puerto Principal. Hasta ese momento era amante de Dragon Ball Z y Naruto, pero todavía no descubría que esa faceta le gustaría tanto como la medicina.

“Todos los días esperaba a las seis de la tarde para ver Dragon Ball, por mi personaje favorito Bulma, por eso que cuando fui a la convención quedé encantada. Vi que muchas personas compartían una afición que no le daban tanta importancia”, recordó Karen, mientras terminaba de delinear sus ojos. Se acercó al espejo, miró el detalle de su pintado y dijo: “Esta parte está lista”.

Sus pacientes la han reconocido antes de las intervenciones.Cortesía

Luego, tras rebuscar en una gaveta llena de utensilios de belleza, se colocó unas pestañas postizas largas y lentes de contacto color gris, y pasó a polvorearse las mejillas con rubor. Quedaron rosadas, como algodón de azúcar.

Karen disfruta del proceso de cambio como una niña emocionada al recibir el juguete más anhelado. Pese al cuidado y precisión que debía tener para no lastimar sus ojos con el lápiz delineador no dejaba de sonreír y moverse de alegría.

El cosplay consiste en disfrazarse de un personaje de ficción, generalmente de un cómic, anime o película. Esta tendencia tuvo origen en la década de los setenta en Japón.

“Cuando cumplí los 16 años hice mi primer cosplay, que fue de Deidara (personaje de Naruto). Con mis ahorros mandé a confeccionar el traje y las demás cosas las hice yo, creo que me gasté unos 150 dólares. Esto fue en mi último año de colegio y me gustó tanto que en el año hice dos o tres cosplays, no pude hacer más porque tampoco tenía tanto dinero”, rememoró con nostalgia.

Pero aquella sensación no ha podido estar siempre en su vida. Desde los 17 años, Karen invirtió la mayor parte de su tiempo en su carrera universitaria. De estar horas elaborando disfraces a mano y viendo animes pasó a leer libros de más de 1.000 páginas cada semana.

“En confeccionar un traje me demoro unas dos semanas, por eso que cuando empecé a estudiar medicina solo hacía cosplays en las vacaciones. Amo mi carrera, por eso que le puse toda mi dedicación. Esto lo hice en toda mi carrera y lo sigo haciendo, me ayuda a sacarme el estrés. Es lindo ir a las convenciones y que las personas te feliciten por los trajes”.

La guayaquileña es médica cirujana, pero a los 15 años se interesó por los trajes de manga y anime.Christian Vinueza

Terminó de polvorear su rostro e inició con el peinado. En ese instante recordó cuántos trajes ha elaborado para sus cosplays a lo largo de 15 años. Por algunos minutos contempló una cómoda donde tiene fotografías a la vez que acariciaba su cabello con sus manos.

Luego llegó a la conclusión de que tiene más de 50 disfraces, los cuales le han demandado una inversión de más de 10.000 dólares. Actualmente para armar un cosplay se necesita como mínimo unos $100.

“Fusionando los trajes he podido realizar más de 100 cosplays. Los hago con pasión, me los han querido comprar, pero no los vendo porque tienen un valor sentimental, prefiero guardarlos y tenerlos para usarlos después. Este tema ha cogido fuerza en el país, que ahora pagan por hacer cosplays, aunque no es una cantidad para vivir”, explicó.

Para efectuar sus maquillajes, que le demandan técnica y precisión en su pulso, al igual que en las operaciones por el bisturí, realizó un curso profesional.

Entre maquillajes, pelucas, pestañas postizas y disfraces, Karen inicia el proceso que transformación.Christian Vinueza

“Siempre me ha gustado el arte, desde pequeña me gusta pintar, hacer manualidades y esculturas, soy hábil con las manos. Pero para perfeccionar mi técnica en el maquillaje me gradué de maquilladora profesional, con eso aprendí a hacer cicatrices y detalles. Y en mi profesión también siempre he estado actualizándome, no descuido esta parte”.

Finalmente, Karen se puso una peluca de color anaranjado y se hizo un peinado con dos coletas hacia los lados. Ya tenía puestos los utensilios de belleza y se había maquillado, solo faltaba que se ponga el traje, confeccionado por ella, de Asuka, personaje que destaca por su sensual figura, los preferidos de ella.

“Me gusta hacer personajes de mujeres que tengan un físico parecido al mío. Trato de jugar con la figura, con la sensualidad de la mujer. Con esto trato de dar un mensaje, la profesión o el hobby que tenga una persona no la define. Mientras sea responsable puede hacer las dos cosas al mismo tiempo”, apuntó mientras lucía su cosplay de Asuka.  

"Una vez una paciente me reconoció, ella estaba feliz porque la iba a operar. Me dijo que siempre veía mis videos y le gustaba los trajes que mostraba"

Su nombre artístico

En 2013, que se creó su cuenta oficial de Instagram, Karen no quería poner su nombre en el usuario, por aquella razón colocó Chexama, que es la abreviatura del nombre Cheshire Cat, el gato de la película ‘Alicia en el país de las maravillas’.

No imaginó que aquel nombre se haría conocido. “Sé que mi trabajo es compartido y tengo bastantes seguidores en Instagram (73k) y en TikTok (475k), pero no me considero una persona famosa, solo comparto mi hobby, que es hacer cosplays”.

Ahora piensa en impulsar su marca. “Quiero sacarle provecho para ganar dinero con la venta de mis fotos y camisetas. El dinero que he ganado en mi profesión (cirujana) nunca lo usé para los cosplays, por eso que tengo que ver la manera de conseguir plata para armar los trajes”.

A Karen le gusta elaborar trajes de personajes de mujeres que tengan un físico parecido al suyo. Le encanta la sensualidad.Christian Vinueza