A falta de oportunidades para poder demostrar su arte en la pantalla, Antonio Borja se volcó a las redes sociales y a la animación de eventos infantiles, donde empezó haciendo de Bartolito, Winnie the Pooh y del payaso maldito, hasta llegar a la caracterización de personajes reconocidos en el ámbito musical. 

Pero eso no es todo, ya que le permitió dar a conocer su talento pero también llegar al reality Desafío a la Fama, donde asegura que lo más difícil fue enfrentarse al ego de los participantes.

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Con 23 años, Antonio Pincay Borja, desde los 16 decidió usar artísticamente solo el apellido de su mamá, después de pasar por una etapa de rebeldía y frustraciones, que lo llevaron a entender el amor tan grande de su madre por él y sus hermanos.

“Me gusta cantar, bailar y actuar desde muy pequeñito. Desde los 9 años supe que esto era lo que quería, pero he hecho muchísimos casting y nunca tuve la bendición de salir aprobado, por eso me direccioné a las redes, para que la gente me conozca y exponer lo que se hacer”, dice de sus desafíos personales.

Desde que se graduó del colegio, afirma que le gustó ser independiente y buscó la manera de obtener sus propios ingresos para no seguir dependiendo de su mamá, soltera y con tres hijos.

“Siempre me han gustado los niños, mi sueño es tener muchos hijos, por eso inclinarme a las animaciones infantiles fue muy cómodo para mi. He hecho de muñeco, luego de animador y a raíz de eso me llamaron de una discoteca que hace caracterizaciones de personajes, ya a nivel profesional”.

Así llegó la personificación de Bad Bunny, Ferxxo, Raw Alejandro, Sebastián Yatra, donde le toca cantar e interpretarlos, lo que le sirvió para cumplir su anhelo de que se conozca su arte.

Reconoce que no es de los que traiciona sus principios y convicciones por obtener notoriedad, lo que dejó claro con su reciente participación en el reality del canal del cerro.

“Siento que nunca me traicioné, todo lo que vieron de mi fue real, lo bueno, lo malo, lo bonito, lo feo, soy yo. Mi fin era exponer mi talento, nunca me ha gustado crear romances falsos, soy un chico tranquilo que no le gusta la polémica”.

De las cosas más difíciles que vivió detalla que fue estar lejos de su familia, el encierro y los conflictos de los que fue testigo.

“Soy muy ansioso y al ver que gritaban, que insultaban y no poder irme, porque cuando veo conflictos yo me alejo, pero no podía hacerlo. Ahí fue que exploté y pedí que nos concentremos en demostrar el talento, me costó adaptarme a personalidades diferentes, enfrentarme a egos, a ese ambiente, pero al final, creo que sí lo logré”.

Admite que el temor lo embargó al salir, porque no sabía cómo había recibido el público su participación, pero ser despedido con aplausos lo tranquilizó y hasta lo sorprendió.

“Incluso a mi mamá que no le gustaba que sea artista, me encuentro con que había sido mi mayor fan y a raíz de esto ella me apoya totalmente”.

Antonio, artísticamente usa el apellido Borja de su mamá, ya que es la manera que tiene de agradecerle todo lo que ha hecho por él y sus hermanos.

“A mi papá lo amo y lo respeto, incluso a los 16 años quería irme a vivir con él, me porté mal con mi mamá, pero después entendí que ella hizo todo por nosotros. Todo lo que logre es por y para ella”, afirma.

De regreso a la creación de contenido y a las animaciones, el artista se alista para estudiar actuación y canto, ya sea en Colombia o Argentina, lo que hará al empezar el próximo año.

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