En 36 años, Anita Buljubasich escribió su propia historia en la televisión ecuatoriana, pero a pesar de todo el camino recorrido decidió que era tiempo de retirarse para hacer todas aquellas cosas que hasta ahora había postergado.

Hija de madre guayaquileña y de padre argentino, llegó a Guayaquil hace más de 50 años desde su natal Argentina. Reconoce que se enamoró del país a través de las historias que le contaba su mamá, aquí hizo su carrera, formó su familia y es aquí donde dice quisiera morir.

¿Qué siente al dejar la TV?

Los sentimientos se mezclan porque dejo atrás a compañeros, historias y anécdotas, pero siento en mi corazón que es el momento de estar más con los míos, con mis hijos, con mis nietos, de hacer cosas que había postergado, ahora que todavía estoy sana. No quiero que el día de mañana llegue a pasar algo, vaya a enfermar o morir y no haya podido estar con ellos.

¿Qué cosas había postergado?

Mi hija Gabriela me decía: ‘Tengo 40 años y tú has trabajado 36 en el canal’. Prácticamente, no estuve con ella. Siento que lo necesito y, además, se lo debo. El 13 de enero me voy a Estados Unidos con mis hijas Gabriela y Ana Paula a visitar a mi hermana Mónica. Su hija Camila se casó el 31 de diciembre y va a ser muy bonito porque son cosas que no había hecho en mucho tiempo.

¿Qué dijo su esposo Nerio ante su decisión?

Nerio ha sido un compañero inmejorable, porque así como le consulté cuando trabajaba de 7 de la mañana a 12 de la noche si podía manejar el tema en la familia, siempre conté con él. Ahora también, tengo todo su apoyo y el de mis hijos.

¿Siente que quedó algo por hacer?

En televisión pasé por todas las áreas. Creo que quedó en deuda el continuar haciendo más espacios de la comunidad, que es lo que me llena, pero me quedo trabajando en Wuan + TV, donde tengo un programa médico online.

¿Y si la llaman de otro canal?

Ya me llamaron varias radios para hacer un programa. Les agradezco, pero por el momento no quiero. Ir a otro medio sería una locura, para eso me quedo en TC.

¿Hay algún programa al que le guarde un cariño especial?

Cuando estuve ‘En la comunidad’ con Eduardo González, fue una oportunidad maravillosa porque Eduardo era un tipazo e hicimos trabajos increíbles. ‘Cosas de casa’ me permitió ser la mujer y madre que soy. Creo, con modestia, que tuvo un poco mi sello enfocado en lo social. Continué con esa línea en ‘De casa en casa’, pero con la incautación dejé la producción y le dieron un giro hacia el entretenimiento, aunque está nuevamente dirigiéndose por lo social y les auguro éxitos.

¿Se lleva algún mal recuerdo?

De los 36 años de mi carrera el día que fue el más feo, fue el de la incautación. Ese para mí fue un antes y un después. El resto puedo decir que fue extraordinario.

Haciendo algo de historia, ¿cómo fue su llegada al país?

Mi madre, quien era guayaquileña, se fue a Buenos Aires y le pidieron que entregara un paquete a un señor Buljubasich, lo conoció y se enamoraron. Ahí nacimos las tres hermanas. A mi papá a los 40 años le da trombosis, y a mi hermana Mónica y a mí nos enviaron internas un año a Alausí. Mi papá falleció y mi mamá decidió volver al país. Yo tenía el amor por Guayaquil desde antes, a través de las historias que contaba mi mamá. Esta es la ciudad y el país donde quiero morir.

¿Volvería a Argentina ahora que está jubilada?

No. Soy orgullosamente argentina porque la nacionalidad es parte de la identidad de las personas, pero Ecuador es el país de mi familia, es también mi país porque ya tengo más de 50 años viviendo aquí y me quedo donde tengo a la gente que amo.