Tres años de trayectoria, nueve canciones y 1,2 millones de seguidores en Instagram es lo que ha logrado la cantante Andreina Bravo. Su popularidad es evidente, aunque en la farándula criolla muchos aseguran que va descendiendo y que ‘ya no suena’ como antes.

Andreina dice que quiere “sonar”, pero por sus canciones, lanzamientos, trabajos artísticos y no por los escándalos que puedan darse en los espacios de espectáculos o por estar opinando de terceras personas.

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¿Cómo cerró el año artísticamente?

Agradecida con lo que se me dio y lo que no. Soy una persona que planeo mucho lo que hago, desde que me levanto hasta que me duermo, quizá porque soy Virgo. Siempre hay que agradecer y lo más importante es llenarse de buenas energías. En este momento en el que vivimos es una bendición tener salud y estar en familia.

¿Creció musicalmente?

Totalmente, cada día aprendo y evoluciono. Uno no es igual que el día de ayer, uno siempre trata de crecer, pensar diferente, aprender de los momentos que han sido difíciles. Musicalmente me siento preparada. Quiero seguir dando canciones y hacer cosas grandes, tanto en lo personal como en lo musical. Aprendí mucho, me retroalimenté.

Se dice que usted todo lo hace utilizando la manifestación.

Me encanta la manifestación, y lo hago desde que me levanto, hasta con el agua que tomo. Es como que voy a fluir con lo que siento y vivo. Las palabras tienen poder y quiero hacer canciones que puedan manifestar cosas positivas.

¿Continúa con clases de canto? Recordemos que muchos la criticaron y la mandaron a continuar preparándose

Para mí es muy importante el estudio. Lo estoy haciendo y quiero aprender a tocar instrumentos. No me gusta que las personas me digan qué hacer, siempre he sido fiel a mis objetivos e ideales, no me dejo influenciar. No hago cosas por aparentar. Lo que se hace por callar bocas, no llena. Siempre escucho consejos de mis profesores y familia, los tomo como mis mentores para seguir adelante con mi música.

Entonces, concentrada y sin polémicas.

Leí una vez que cuando haces las cosas por pasión y no solo para hacer feliz a los demás, estás haciendo las cosas bien. No debo compararme con los demás, en las cosas buenas ni en las malas, porque no estaría disfrutando lo que hago. Hay procesos y no soy feliz 24/7 porque soy refunfuñona, a veces me dan rabia las cosas, pero aprendí que todo tiene su tiempo. No hago las cosas para hacer feliz a una sociedad y que me acepte. No es que lo hago para callarle la boca a los medios de comunicación que hablan mal de mí.

No aceptó ser parte de Desafío a la fama, ¿está cerrada a los realities?

No es que me cierro a los programas. En mi vida siento que la mujer puede ser camaleónica y hacer maravillas. Una oportunidad es bien vista y apreciada siempre y cuando sea positiva para mí. Sentía que estaba con mucha responsabilidad con mi música y con marcas. Las marcas internacionales hacen contratos con anticipación, y ya había adquirido compromisos. No podía aceptar el programa, aunque la propuesta haya sido muy tentadora y haya existido insistencia. También como se desarrolló el programa, siento que no iba conmigo.

No se mueve por dinero...

Puede ser una propuesta increíble que puede ser que mis ojos digan guau, por lo tentadora, pero siempre me rijo a mis valores y principios. Cuando siento que algo no me va a aportar en lo que estoy haciendo, pienso en hacerme a un lado y dejárselo a personas que puedan aprovecharlo. Cada oportunidad que se cruza en nuestra vida hay que valorar, pero el que mucho aprieta poco abarca y sentía que no era el momento.

El público se quedó esperando colaboraciones con artistas nacionales e incluso internacionales.

Llevo tres años en la música, es muy poquito como para que pueda hacer colaboraciones. Voy a mi tiempo. Siento que me ha servido para conocerme, sentir cuál es mi flow y esencia. No puedo ir de buenas a primera a tocar la puerta a otro artista. Obviamente, se darán colaboraciones después.

¿Y ya encontró ese flow?

Mi género es el reguetón y es el que defenderé, porque me encanta. El reguetón es mundial y ahora hay fusiones con mambo, merengue, entre otros. Me parece que más que perrear es darte la chispa y moverte. No hay muchos reguetoneros en Ecuador, pero los que hay, tienen flow y son increíbles.

Y ese paso como presentadora de televisión que tuvo en De casa en casa, ¿quedó en el pasado?

Eso fue como un lanzarse al agua y disfrutar el proceso. Aprendí mucho, mejoré mi léxico, incluso tomé cursos de dicción con Eduardo Andrade. Me gusta mucho lo de ser presentadora, tal vez en otra época lo hubiese intentado más (...) ahora me encantaría incursionar en la actuación. Siempre haré lo que mi corazón sienta, me encanta hacer cosas nuevas, no limitarme. 

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