Exclusivo
Farándula
Andreina Bravo: ¡Las ‘andreinadas’ son su esencia!
AndreÍna Bravo dice que no dejará de ser ella en la televisión. Va de frente con los retos que le pone la vida.
Pasar en poco tiempo de ganar un reality a ser presentadora de televisión sin tener experiencia alguna le ha valido a Andreina Bravo estar en el centro de la polémica.
Ella asegura que esa oportunidad no pensaba desaprovecharla, principalmente, porque ha sentido en carne propia lo que es el rechazo y que se le cierren las puertas.
Ahora, vive una nueva historia y aunque se define como “soñadora y loca”, dice estar enfocada en su presente.
“De las adversidades he aprendido a sacar la mejor parte”, indica.
Y sobre su ex Miguel Melfi no habla más.
Las burlas
Su debut en De casa en casa no fue el más afortunado. El nerviosismo e inexperiencia la traicionaron. Su frase: “siento ganas de vomitar de la emoción”, por la que fue objeto de burlas y críticas, la define como su esencia.
“(Risas) Soy natural y sencilla, tengo mis equivocaciones, pero pienso que de eso se trata, de mostrarme tal y como soy. Sé que no está bien porque fue en televisión, pero no voy a dejar de ser yo porque los estereotipos digan lo contrario”, indica.
Sin experiencia
De todos los comentarios dice que prefiere quedarse con los que le aportan. Acepta que todo es un aprendizaje.
“Tengo que seguirme puliendo, pero sin perder mi esencia, aprendiendo para llegar a la excelencia. Pero esas cositas mías, como yo les digo, ‘andreinadas’, siempre van a estar en mí, porque esa soy yo”.
Desde las 5 de la mañana indica que empieza a practicar frente a un espejo su vocalización.
“Me intereso por saber más sobre el tema que me toca tratar en el programa. En el canal me ayudan y aconsejan para que todo me salga bien y ahí voy pasito a pasito. Estoy decidida a brillar, a darlo todo”, indica.
Hace camino
Dice que ella es de las que acepta los retos para luego no tener que lamentarse.
“Me ha tocado tomar decisiones muy fuertes, pero esto me ayuda a madurar, si me equivoco es parte del aprendizaje. Aprovecho lo que me está dando la vida”.
Con 25 años, señala que todo lo que está viviendo la fortalece, incluso, está aprendiendo a no llorar por cualquier cosa.
“Soy muy llorona, pero aunque no parezca me estoy haciendo más fuerte y ya no lo hago tanto. Tampoco es que es malo llorar, pero ahora me seco las lágrimas, respiro y sigo adelante”, finaliza.