Es tiempo de descansar, de llevar una vida en calma y decir adiós a los escenarios, indica Alci Acosta, con una voz que no denota sus 83 años. Con 57 dedicados a la música, el Rey de la Rocola siente que llegó la hora de colgar el micrófono.

Alcibiades Alfonso Acosta Cervantes (tal es el nombre del cantante colombiano) está en gira de despedida en Ecuador y le confiesa a EXTRA que eligió hacerlo cuando aún tiene intactas sus facultades.

“Es ahora que estoy en pleno uso de mis capacidades, no cuando ya no pueda cantar y el público sienta lástima por mí. Todo tiene su final”.

Pese a que no es la primera vez que anuncia su retiro, asegura que esta vez es definitivo.

“Hace seis años quise dejar los escenarios, pero el público no me dejó. Los años pasan y ya no hay la energía de antes, después de tantos viajes, trasnochadas y traguitos”, precisa.

Su retirada no será de golpe, sino que tiene planificado hacerla paulatinamente hasta fin de año.

“Quiero descansar, llevar una vida más pausada. Tengo 57 años cantando y ya empecé a disminuir las presentaciones. Si antes hacía diez al mes, ahora solo son cinco”.

Para los nervios

Sus éxitos rocoleros, entre los que están ‘Odio gitano’, ‘El contragolpe’, ‘La copa rota’, ‘La cárcel de Sing Sing’ y ‘Si hoy fuera ayer’, son de aquellos que no se los puede escuchar ‘en seco’, pero paradójicamente el Maestro, como también se lo llama, comenta que gusta muy poco del licor.

“Puede parecer mentira, pero después de 57 años todavía siento nervios cuando salgo al escenario. Por eso me pego mi trago para tomar fuerza, porque no sé cómo me va a recibir la gente, pero nada más”.

Añade que el licor lo rebaja con agua para que no lo afecte y además le ayuda a “calentar la garganta”.

Se queda callado un momento y luego acepta que sus canciones hacen que la gente se ‘prenda’ al escucharlas. “La verdad es que así es”.

Extrañará el show

Con este tour de despedida, Alci Acosta también da a conocer el tema ‘Adiós escenarios’, su más reciente grabación, que lanzó el pasado 1 de julio.

“Adiós, me voy de los escenarios, ya son muchos calendarios, un descanso quiero yo. Quiero una vida tranquila, no está mi esposa querida, sentimiento tengo yo”, dice en este tema en el que recuerda a su esposa Ruth Agudelo, fallecida en noviembre del 2020 por complicaciones con el COVID.

“Me he venido preparando para esta retirada, pero sé que me va a hacer mucha falta. Antes de ser cantante empecé como pianista, tocando en varias orquestas de la costa colombiana”, relata con cierta nostalgia.

Bolero cortadito

Recuerda que empezó en el canto como un hobby. “Nunca pensé ser cantante y como primero fui pianista, se me daba por cantar en casa y en reuniones familiares. Hasta que tuve la oportunidad, gracias a Cristóbal San Juan, ya fallecido, de hacer una prueba y de grabar mi primer disco, ‘Odio gitano’, por lo cual le estaré siempre agradecido”.

En una entrevista con EXTRA realizada en los años 90,  Alci Acosta aseveró que él no es un gran intérprete, sino que lo suyo es cantar cortadito. Al recordarle esa declaración, se ratificó en lo dicho. “Sí, mi estilo siempre ha sido cortadito, cortadito. Un bolero bailable y muy rítmico que me ha dado buenos resultados en mi carrera y así espero terminar”.

Su hijo, su legado

“Me voy feliz, contento y orgulloso, porque llegué donde nunca imaginé y más todavía, estando tanto tiempo vigente, con el cariño y el aplauso del público”.

Agrega que su satisfacción es mayor, porque su hijo Checo Acosta siguió su pasos en la música.

“Es una felicidad tan grande que mi hijo Checo siga mi legado artístico”.

Con una exitosa carrera en el género tropical y las baladas, Checo, de 57 años, es el segundo de los tres hijos de Alci.

“Sé que cuando yo me retire y la gente vaya a los conciertos de Checo, se acordarán de mi viéndolo”.

Recuerdos de Julio Jaramillo

De Julio Jaramillo, el máximo exponente musical del Ecuador, guarda un recuerdo muy especial, ya que dice que fue gracias a las grabaciones que realizó con él que obtuvo gran popularidad.

“A Julio lo conocí en 1967, yo tenía apenas dos años de haber empezado mi carrera y estaba grabando en Medellín con el sello Zeida, hoy Codiscos. Julio, que no tenía exclusividad con ninguna disquera, también estaba grabando un disco ahí”.

En esas circunstancias se conocieron y se dio la oportunidad de grabar juntos.

“A uno de los hijos de los directivos de la empresa se le ocurrió la bonita idea de que Julio grabara conmigo”. El artista cuenta que no lo pensó dos veces y aceptó, porque admiraba mucho al Ruiseñor de América.

“Para mí era una oportunidad muy bonita y grabamos tres discos de larga duración. Después de eso hicimos varias presentaciones juntos, pero pasado el tiempo se me perdió del panorama”, debido a que JJ viajaba mucho realizando presentaciones por toda Latinoamérica.

“Nos volvimos a encontrar en 1976 en las fiestas de Vinces, casi ya en la parte final de su vida. Ya estaba algo delicado por la enfermedad que terminó llevándoselo”.

Ahí cantaron juntos ‘Mi muchachita’, el éxito que habían grabado años atrás. “Fue la última vez que vi a Julio, pero fue gracias a lo que hicimos que la gente me tomó más cariño. Tanto, que en Europa creen que soy ecuatoriano. Yo les digo que soy colombiano, pero mi otra mitad es ecuatoriana”.