Wachito o Washington Sánchez está en el ‘top ten’ de los periodistas deportivos. Su facilidad de palabra lo tiene como uno de los referentes y sus discusiones con sus compañeros Vito Muñoz y Alfonso Harb han sido tan acaloradas que hasta han estado cerca de irse a los puños.

Lo que pocos saben es que después de la pandemia, Sánchez, de 62 años, había planteado dejar el periodismo e irse a Estados Unidos con su hija y trabajar, “en lo que sea”.

Sin embargo, a pocas horas de tomar el avión, otra vez el periodismo se le cruzó en el camino y lo llevó, esta vez, a las plataformas digitales.

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¿Por qué periodista?

La verdad, desde 1988 estudiaba Ingeniería Civil, pero como me casé, mi padre que era estibador a bordo ya no podía pagarme los estudios y me mandó a trabajar. Recuerdo que mis compañeros de estudios me decían, ‘tú eres locuaz, eres una cotorra, por qué no estudias Periodismo’. Yo sí que hablaba mucho.

¿Qué tan cotorra era?

En la escuela era full cotorra, quería declamar, hablar, quería hacer todo, pero con mis amigos y familiares era cohibido y me quedaba callado. Pensé que no tení facilidad de palabra, pero me convencí de que sí podía hacerlo.

¿Por qué el fútbol?

Lo llevo en las venas, mi tío fue el Pibe Sánchez, jugador del Barcelona y de la Tricolor, creo que eso influyó mucho.

Wacho Sánchez tiene dos etapas de periodista: de televisión y radio a estar en la internet.

Puedo decir que me reinventé. Yo estaba cerca de irme a vivir a los Estados Unidos, soy muy temeroso de la muerte y con el tema de la COVID 19 estaba mal, quería irme a vivir con mi hija.

¿Dejaba el periodismo?

Claro, estaba en RTS y la gente decía, ‘Wachito es el último en salir, en dejar el canal, primero se van los gerentes’, pero con el Covid fue lo contrario, fui el primero que sacaron, me quedé sin trabajo.

¿Dónde nace el Sánchez que se reinventa?

Fue cuando me invita un canal de Argentina y solo a mí se me ocurre ponerme a pelear ante 8 periodistas de ese país.Dije ‘aquí es mi oportunidad’, no paraba de hablar en una previa, no paré nunca de un partido ante Argentina. Dije que Messi y el resto eran buenos jugadores, eso se hizo viral.

De estar cerca del retiro a ser número 1...

Esto es como lo dijo el general Alfaro: la hora más oscura es la más próxima a la aurora. Y eso me pasó. Yo pensaba que estaba en el retiro, no tenía fuerzas ni físicas ni mentales, estaba desmotivado, pero he dado el salto a las redes sociales y ha sido algo increíble.

¿No le daba pena dejar el periodismo?

Sí, claro, porque me iba sin haber logrado lo que estos últimos años se ha dado, ahora creo estar en el ‘top ten’ de los periodistas deportivos. Las redes sociales nos ‘llevan’ hasta el extranjero.

Vito Muñoz dice que él es el número 1, ¿Wachito Sánchez, qué puesto ocupa?

Estoy encima de Vito, y él lo sabe. Un ejemplo, cuando estábamos en La Guillotina él decía que yo compraba los votos, pero él único que lo podía hacer era él, yo soy chiro. Uno es popular.

La fama le ha llegado, la gente lo quiere.

Creo que sí, porque pocos periodistas no estamos comprometidos con los colores de algún equipo, nuestro compromiso es con la gente y el desarrollo del deporte. El mejor ejemplo lo viví en la final de la Copa Libertadores de Guayaquil 2022, fui como cualquier hincha y la gente me gritaba Wachito por aquí, Wachito por acá... eso fue mágico.

¿Qué mismo pasa con Vito, hay alguna pica?

Nooo, Vito es un antes y después del periodismo, así como Brasil tiene un antes y después de Pelé. Vito le dio al Ecuador mucho, pero él debe de reconocer que este humilde está en el ‘top’ del periodismo, no sé si éll esté.

Usted fue arquero.

Sí, siempre fui arquero, hasta estuve en Everest, era un golero suicida, soy un golero valiente. Ojo, donde yo he estado he sido campeón o finalista.

El terno no se lo saca para nada. ¿Cuántos tiene?

Gracias a mi hija he llegado a tener más de 50, pero en la pandemia y como ya me iba a Estados Unidos, comencé a regalar varios.

Ahora he vuelto a seguir sumando. Gracias a Dios y a mis hijos: Eder, Norman y mi niña que vive en Estados Unidos, Nielsen, que ya me dio un nieto, es quien cuando voy a visitarlo me llena de ternos.

¿Qué dicen sus hijos cuando se hace viral una o dos veces por semana?

Se ríen, pero me estoy arriesgando demasiado, me altero, voy a la velocidad de la luz y debo de bajar la intensidad. Y les digo a ellos y a mis doctores que si bajo las revoluciones no seré yo, nací así de frenético y eso me gusta y me hace feliz.

¿Qué le falta de hacer?

Lo que la gente me dice siempre es que hace falta un Wacho Sánchez en la vida pública o en algún equipo. Los políticos siempre me han llamado, pero yo me debo a mi pueblo deportivo. Sí me gustaría cerrar en algún equipo del Astillero, siendo presidente de la comisión de fútbol de Emelec o Barcelona, me da igual.

¿Emelec de pelado y ahora medio amarillo?

De chico siempre fui emelecista, luego la masa me fue llamando, pero ahora no soy de ningún color, soy de mi gente y para ellos trabajo.

¿La verdad, qué tanto humo vende Sánchez?

Los que investigamos sabemos lo que decimos, claro que nos podemos equivocar. Nosotros manejamos la cabeza con el corazón. Yo diría que el humo solo es el 5% y 95% real. El 100 % de nuestras noticias tiene buena fuente. El mejor ejemplo lo de Ronnie Carrillo de El Nacional ya estaba en Liga de Quito, ellos lo dijeron, pero al final se fue a otro equipo.

¿Y la salud cómo está?

Controlada, mi corazón y cabeza están bien, a veces el colon está irritado, pero todo está bien.

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