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Mundialistas de balonmano de Ecuador, olvidados
La selección tricolor viajó 40 horas en el interior de Brasil para conseguir el boleto a Grecia y ni las gracias le dieron. EXTRA los acompañó en un entrenamiento
Estamos en una de las canchas de arena del parque Samanes, al norte de Guayaquil. El ambiente es solitario y la arena como que llama a que entrenen.
Pensamos que los muchachos de la selección ecuatoriana de balonmano de playa (índor con la mano) clasificada al Mundial de Grecia 2022 (que se realizará del 21 al 26 de junio) nos habían fallado en el horario que dijeron que iban a trabajar. Iban a ser las 16:00 y no había nadie, ni los de utilería siquiera.
Minutos más tarde llegó Álex Bustamante, un todólogo en el equipo: es el presidente de la Federación Ecuatoriana de Balonmano, el entrenador, el utilero, el psicólogo, el nutricionista, el hombre de la logística.
Álex es el presidente entrenador, aunque no estuvo presente cuando Ecuador clasificó en Brasil, por un simple detalle: no había dinero para el viaje y peor para la estadía.
Poco después llegan los hermanos Michael y Eduardo Quiñónez, Gerdy Litardo y Jefferson Domínguez, y pasa algo que nunca ocurre en una selección de fútbol o equipo. Los jugadores junto al presidente/DT comienzan a armar la cancha, cargan los arcos, sacan los pocos implementos. Es de no creer, los mundialistas pasan a ser los utileros.
Para ellos es normal, el resto somos los sorprendidos.
A ellos se suma Jhonny Nieves. Son 10 jugadores, de los cuales dos viven en Manabí, uno en Quevedo y otro en Machala.
Los chicos del balonmano son unos héroes del deporte, ellos se costearon el viaje a Brasil. Claro que luego de llegar a Sao Paulo debieron de viajar 40 horas hasta el Beach Handball SCA Senior Maceió 2022. Sí, 40 horas.
NADA DE NADA
Estos chicos en Brasil le ganaron a Argentina, Paraguay y Chile, perdiendo ante Uruguay y Brasil, esta última la campeona del mundo.
Lo raro de todo es que a los 10 jugadores que alcanzaron la clasificación les tocó poner de su bolsillo mucho dinero, incluso varios estuvieron cerca de perder su trabajo.
Hasta ahora, ni el Ministerio del Deporte, ni el Comité Olímpico Ecuatoriano los han premiado. No han recibido ni un solo dólar ni un cartoncito como para colgarlo en la pared.
Por ahora la situación de ellos es durísima. A un mes del viaje, no saben qué hacer, de dónde sacar para pagar los boletos de avión y la estadía en el Mundial de Grecia.
Álex Bustamante dice que el presupuesto no alcanza, debido a que ya están establecidos los gastos de la Federación en todas sus categorías. Y que no se tiene un entrenador oficial, debido a que para la modalidad de playa no hay dinero, aunque el balonmano de sala sí tiene su entrenador.
CHIROS, PERO CON GANAS
Álex es un voluntariado del deporte, es profesor del colegio Teniente Hugo Ortiz y está como presidente de la Federación desde hace un año. Es un motivador al máximo, pero dice que llegar a un Mundial es un sueño y que ahora harán todo para poder estar en Grecia.
Hasta ahora no tienen los pasajes, esperan que los organismos deportivos, la autogestión y la empresa privada los ayude, pero de urgencia.
Bustamante dice que la satisfacción de ir al Mundial no tiene precio. Él siente un enorme orgullo al ser el segundo deporte grupal de Ecuador en la historia de ir a un Mundial.
Recuerda que cuando su equipo estuvo en el clasificatorio en Brasil, todos los días llamaba para dar las indicaciones, pero que lo ayudó el asistente técnico de la selección femenina, Ángel Quiñónez.
“Yo sí sabía que íbamos a ir al Mundial, no son jugadores, son guerreros de la vida, son los mejores”, expresa el DT sobre sus muchachos, los chiros con ganas de gloria.
LA EXPERIENCIA DE EDU
Eduardo Quiñónez es profesor de la Facultad de Educación Física, su cara refleja la felicidad de poder estar en un Mundial, es un líder dentro de la cancha. Es como si fuera el entrenador en el campo de juego.
Recuerda lo que pasaron antes de ir a Brasil, la concentración en Manta, donde dormían en el suelo... pero eso los llenó de coraje y fuerzas. Ahora esperan el apoyo de las autoridades deportivas o de empresas, pues dicen que el dinero lo requieren de urgencia.
“Todo lo que vivimos en Brasil fue durísimo, se imaginan tanto recorrer en carro, 40 horas y no tener la logística. Esperamos que ahora nos den el apoyo. Hasta ahora nadie nos ha dicho nada”, expresa Eduardo, quien sueña estar cantando el himno de Ecuador en el Mundial de Grecia.
SIN TRABAJO FIJO EN LAS ‘REFRIS’
Gerdy Litardo es uno de los mundialistas, su trabajo real es técnico en refrigeración, pero no tiene una labor estable. Tiene esta pasión desde los 12 años, ahora a los 26 y lo del Mundial a pesar de que no hay apoyo, lo hace feliz.
Dice que hasta ahora no les han dado “ nada de nada”, pero que eso no le merma las ganas de poder seguir entrenando, a pesar de que él mismo se pague el agua y varias cosas en los entrenamientos.
“Es un sueño cumplido, es algo que no creía, pero el esfuerzo de todo el equipo lo permitió; este es un esfuerzo por nuestra familia y el país”, expresa Gerdy.
Espera tener un trabajo seguro, para poder seguir destinando dinero para su movilización y alimentación para los entrenamientos.
ES UN TÉCNICO DE CELULARES
A Michael Quiñónez le brillan los ojos cuando habla de su Mundial, pero sabe que esto es una pasión que no le ha dado nada de dinero, más bien lo ha hecho gastar. Él no tiene trabajo seguro, en sus ratos libres se dedica a arreglar celulares, lo poco que gana le sirve para poder hacer del balonmano su vida.
“Es lamentable que no tengamos el apoyo, pero qué vamos a hacer, igual seguimos entrenando. Si tuviéramos un respaldo, seguro estaríamos mejor”, expresa Quiñónez, quien se mandó una jugadaza mientras entrenaba.
Michael se ríe cuando se le dice que es mundialista, pero sin el reconocimiento que debía de tener.
“No es justo lo que nos pasa, debido a que necesitamos un apoyo, representamos a Ecuador”, comenta.
CERCA DE PERDER EL TRABAJO
Jefferson Domínguez, debido a su pasión por el balonmano, estuvo cerca de perder su trabajo. Por tener muchos días con la selección en Brasil, el sueldo no le llegó completo, debido a los días perdidos.
La clasificación al Mundial le jugo en contra en la parte económica, pero eso no lo desmotiva, llega con alegría a los entrenamientos.
Para él este deporte es su vida, le ha dedicado tanto, a pesar de que todo lo que ha recibido han sido alegrías para el alma y nada para el bolsillo.
Por ahora, tiene ansias de conseguir los pasajes del equipo para ir a Grecia.
“Esperamos que nos den la mano, queremos sentir el apoyo real de todos, vamos a un Mundial a sacar la cara por Ecuador”, expresa Jefferson, un deportista mundialista.
¿QUE ES?
Al balonmano de playa también se lo conoce como Beach Handball.
Se juega en dos tiempos de 10 minutos.
Cada equipo tiene cuatro jugadores, uno de ellos hace de arquero.
Los goles son con la mano, solo el arquero usa los pies para defenderse.
No se puede tocar a los jugadores.
Los goles son válidos cuando el jugador está en el aire y mete la pelota en el arco contrario. Y debe el deportista dar una rotación del cuerpo.
Las pelotas son de goma, para que no tengan problemas si les pegan en la cara. Un balón cuesta más de $ 50 y se los compra fuera del país.
Los seleccionados de Ecuador son: Eddie González, Eder Guerrero, Gerdy Litardo, Michael y Eduardo Quiñónez (hermanos), Luis Santoro, Ronald Murillo, Jefferson Domínguez, Jimmy Loor y Jhonny Nieves.