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Pese a los 12 grados centígrados que marcaba la temperatura la madrugada de hoy jueves 30 de noviembre, no fue impedimento para esa ducha que tuvo sabor a gloria.Yadira Illescas

¡Hinchas de Técnico Universitario celebraron con “piletazo”!

A la medianoche caminaron del estadio Bellavista a la pileta del redondel Cumandá.

El agónico triunfo del Técnico Universitario fue celebrado a lo grande por los hinchas. Apoyaron hasta el último minuto en las gradas y afuera del estadio Bellavista la noche del miércoles 29 en que se disputaba el torneo de campeón frente a Liga de Portoviejo.

A la medianoche, una vez que se hizo la premiación y el recorrido de la vuelta olímpica, caminaron y en caravana recorrieron las cerca de diez cuadras que existen desde el Bellavista hasta la pileta del redondel del sector de Ingahurco, zona céntrica de Ambato, provincia de Tungurahua.

Pese a los 12 grados centígrados que marcaba la temperatura la madrugada de hoy jueves 30 de noviembre, no fue impedimento para esa ducha que tuvo sabor a gloria.

Álex Torres de 24 años fue uno de los hinchas que prefirió ver el encuentro clave en el que su equipo del alma se coronase campeón, desde la calle.

“No quise entrar porque cuando jugó con el Aucas fue muy angustioso. Ahora (el viernes 24) decidí esperar”, decía el joven que vestía la camiseta de su equipo, yin y zapatos rojos. Estuvo sentado en una baranda desde el inicio al final del encuentro.

El partido fue agónico desde el inicio al final. “¡Hay esperanzas!”, decía Álex cuando Fernando Mora anotó el gol del empate en los primeros minutos del segundo tiempo. Dentro del estadio todo era delirio.

Las 8 mil almas, aproximadas, que llenaron el recinto deportivo no paraban de alentar a los jugadores del “rodillo rojo”.

Álex sonreía y entre nervios se mantenía firme...”ya verá, vamos a ser campeones”, afirmaba.

Minutos de infarto

Los minutos pasaban y el combinado manabita también parecía que se disputaba su final. En el minuto 57 el estadio Bellavista enmudeció con la anotación de Tito Vicuña.

Era un duelo deportivo de suspenso... de infarto. La Capira ganaba 3-2 al combinado ambateño que no bajaba los brazos.

En el minuto 86, Diego Armas anota por segunda ocasión y llega el empate. Pero Deportivo Aucas también se disputaba el primer lugar y el gol que hizo en su estadio Chillogallo ponía más emoción los minutos finales en el Bellavista.

Faltaban cinco minutos para que se diera el pitazo final en el Bellavista. Desde afuera el joven hincha rogaba por un milagro...y llegó.

En el minuto 90+3 todos los jugadores acudieron al arco rival, hasta Walter Chávez, arquero del “rodillo rojo”. Y en una jugada confusa entre Diego Armas y Chávez llegó el gol con sabor a gloria.

Las lágrimas afloraban por las pupilas de Álex, pero ahí se quedó alentando a su equipo, al igual que las decenas de hinchas que solo se movieron del estadio cuando acudieron en masa para el baño del triunfo.