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Samantha Avilés de Barcelona y su hinchada personalizada
Cruz Zoller, la madre de la jugadora comanda la barra junto a sus hijas, nietos y Oswaldo López, tío de la marcapunta amarilla.
Samantha Avilés es marcapunta de Barcelona femenino. Se manda una jugada llena de magia, se lleva a cuatro jugadoras de Carneras y da un pase, como si fuera una # 10, pero hace eso y regresa a su ubicación. En las gradas se encuentra su madre, Cruz Zoller Aguilar, quien en voz alta dice que era de que llegue hasta el arco.
Los Avilés se han tomado una de las tribunas. Están la mayoría de sus hermanas, que por cierto son cinco: Karina, Ana, Karla, Brigitte y Katherine, algunos sobrinos y su tío Oswaldo López.
Ellos disfrutan de que Avilés ahora está en Barcelona y que la pueden venir a ver desde la parroquia San Juan de Puebloviejo, que está en la vía Babahoyo-Quevedo.
PAPÁ QUERÍA BARCELONA
Cruz dice que su hija se inclinó por el fútbol desde los 12 años, jugaba mejor que los varones y tenía en su papá Joffre a su fanático número 1. Lastimosamente, desde hace dos años él la mira desde el cielo.
Pero Samantha a los dos años de la partida de su papi le cumplió el sueño de poder jugar en Barcelona y se fue viéndola campeona con el Cuenca.
“Como madre es un orgullo verla jugar, créanlo eso la hace feliz y si ella es feliz, todos lo somos”, expresa Cruz, quien trata de contener sus emociones al hablar de su hija, que es tres veces campeona de la Superliga.
El pertenecer a Barcelona este año ha sido una bendición para Samantha, debido a que su familia puede venir a verla, porque están a dos horas de Guayaquil.
Cruz confiesa que desde pequeña su hija ‘pintaba’ para ser jugadora, pero que ni en el más remoto de los sueños pensaron que la flaquita Samantha sería una de las jugadoras que haría historia con los campeonatos.
El partido se termina y la jugadora se da cuenta que su familia está presente.Se abraza con todos, se siente feliz por los tres puntos que le ganaron a Carneras.
Cruz recuerda que a su hija siempre le gustaba la ropa deportiva y cuando cumplió 15 años pasó una locura: con tiempo le dijeron que debía ponerse el vestido de quinceañera y ella les dijo que no; una tía le daba 50 dólares para que lo luzca y ella se negó. Lo único que quería era jugar con la pelota y para nada le llamaban la atención las muñecas y los vestidos.
TÍO ORGULLOSO
Oswaldo López estuvo en Cuenca cuando se coronó campeona 2021, ahora viste de amarillo y se siente orgulloso de verla en el ídolo: “Es una bendición que haya llegado a Barcelona, ahora la tenemos más cerca. Me siento orgulloso de tenerla como jugadora, nos ha hecho quedar bien a la parroquia San Juan, es tres veces campeona y ahora juega en mi Barcelona”, expresa López, quien como recompensa recibe un abrazo interminable de Avilés.
La familia se va de Parque Samanes, a la espera de que Barcelona vuelva a ser local para ver a su querida Samantha.