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Pedro Ortiz ‘nalgueó’ a Hulk
Las miradas estaban sobre el delantero brasileño, pero todos terminaron aplaudiendo al golero azul.
¿Les sueña Givanildo Vieira Luis Fernando de Souza? A nadie, pero si decimos Hulk, todos saben que nos referimos el famoso jugador de Atlético Mineiro, que anoche empató 1-1 con Emelec en el estadio Capwell, por los octavos de final de la Copa Libertadores.
Hulk sabe que las miradas de los hinchas están siempre sobre él. Su fama de ser uno de los hombres más nalgones de Brasil, su atractivo con las chicas y el haber sido exmarido de una persona que luego pasó a ser su tía, debido que se casó con la sobrina, es demasiado para no pasar desapercibido.
El jugador a seguir en el Capwell era Hulk. Claro que los aplausos se los llevó Sebastián Rodríguez cuando a los 58 minutos hizo el gol del empate.
DE ENTRADA
Desde el calentamiento, 30 minutos antes del partido Hulk, comenzó a hacer de las suyas. El número 7 escuchó su apodo, se dio la vuelta, saludó e hizo un corazón. En ese momento el show había empezado.
Él, una mole de músculos, cuando la gente comenzó a gritar por Emelec, se levantó la pantaloneta, y varias chicas en el estadio comenzaron a hacer un análisis de sus piernas.
“¿Son naturales o se puso nalgas?, ¿qué sabes tú?”, le preguntaba una chica de unos 20 años a otra, que con su celular trataba de llevarse una foto del brasileño.
EL PANA
Hulk se sabe manejar en la cancha, le gusta que las miradas estén sobre él. Tomó el banderín de su equipo y lo cambió. Caminó por buen tiempo con el recuerdo del Bombillo.
Y el partido comenzó. Marlon Mejía, el defensa de Emelec, tenía la misión de cubrirlo. Recién a los dos minutos recibió una pelota y eso fue suficiente para provocar la primera oportunidad de gol, pero el portero de Emelec, Pedro Ortiz, estaba listo.
CON MIEDO
Hulk a ratos se cansaba de estar en la ofensiva y bajaba a estar cerca del arquero. Incluso sacó dos posibilidades de gol. En el primer tiempo hizo varias jugadas, pero en realidad el brasileño de 35 años más juega a sorprender a quien lo marca. Eso se llama experiencia.
En el primer roce con Mejía se mandó su ‘película’. En realidad el defensa ecuatoriano medio le fue dando un ‘tatequieto’, pero el delantero hizo teatro y se fue al suelo. Luego le pidió al defensa que se disculpe, pero el emelecista no le dijo nada y Hulk se levantó a querer pegarle. Todo frente al árbitro. El brasileño luego trató de hacerse el amigo, cuando en realidad su intención fue demorar el juego.
En eso un hincha azul, en la tribuna de San Martín, le hacía un comentario más o menos así a un amigo que comía pizza: “Ese es Hulk, es un grillo, primero estuvo con la tía, luego se casó con la sobrina, o algo así”.
Es que Hulk tiene fama fuera y dentro de la cancha.
MALA FAMA
En realidad Hulk, más que por su juego, destacó en el Capwell por su fama en los amores y por tener las mega pompis; porque al final del partido, cuando el encuentro estaba 1-1, Mejía le hizo un penal. Y cuando todos pensaban que Hulk iba a escribir su nombre en el Capwell, los aplausos cambiaron de dueño: se los llevó el guardameta Pedro Ortiz. Mucha lámpara hizo el delantero brasileño, quería dejar de ser Hulk y transformarse en Neymar y falló. Se comió el penal.
Al final, los que fueron a ver al nalgón Hulk terminaron aplaudiendo al arquero Ortiz, quien fue la estrella del cotejo.
El 1-1 en realidad es negocio para Atlético Mineiro en Brasil, pero todo depende de Emelec si se lo permite el 5 de julio del 2022.
Los azules tuvieron su primer partido sin Joao Rojas, que se fue al balompié mexicano.