Estamos en Argentina, sí pero es una de las calles de Guayaquil, aquí la clasificación de los albicelestes a la final del Mundial de Catar se la vivió de otra manera, unos pegados al televisor, otros trabajando, mientras que algunos escuchando la radio hacían sus labores diarias en la venta ambulante y en sus negocios en sus domicilios.

Jonathan Zúñiga iba en su bicicleta en las calles Argentina y la 11, llevaba a su hijo Elías, se detuvo un rato para ver el partido mientras Lionel Messi hacía el penal.

La venta de pollos asados de Roxana Valdez estaba de fiesta, llegaban los clientes para almorzar y aprovechar ver el partido, ella estaba que servía arroz con menestra y pollo.

“Cuando hay un partido se vende más, y qué mejor ver a Argentina en su calle en Guayaquil” lo dice entre risas Valdez.

Juan Cruz tiene los ojos en el televisor y las manos en la megapechuga, dice que es coincidencia de la vida que esté en la calle Argentina, pero que le hubiera gustado que sea Brasil y comer en la calle Brasil de Guayaquil.

Mientras que Arturo Naula es un vendedor de mangos, aguacates, cebollas, y lleva su radio para escuchar el partido, le gusta el fútbol, pero primero es el negocio.

“Me hubiera agradado ver el partido, pero tengo que trabajar” dice Naula.

La calle Argentina, en realidad no tiene argentinos viendo el partido, pero sí guayaquileños que disfrutan del juego en la calle que con su nombre saca la cara por Sudamérica en Catar.

En Argentina y la octava está Ernesto Juela con su radio a todo volumen, la compra de reciclaje es su negocio, pero cantó a todo pulmón los goles de Lionel Messi y Julián Álvarez. “Creo que somos los hinchas oficiales de Argentina en Ecuador, estamos en la calle que lleva el nombre del mejor equipo del mundo” dice el fanático, mientras que la Ing. Magali Vera compraba reciclaje y nos recordaba cómo había sido el penal de Messi como si fuera una narradora deportiva.