Se toma la cabeza con las manos. Se queda perplejo, respira profundo y dice: “Tranquilo, en la próxima sale”. Se juega el minuto 1 del partido Ecuador y Brasil, y a quien tenemos de compañero ante la TV es a Marlon Ayoví, el jugador que estuvo con la Tri en los mundiales de Corea y Japón 2002 y Alemania 2006.

Ayoví, como hincha es igualito a como cuando era jugador: tranquilo, no se aloca, mira y mira el partido. Se lamenta de la expulsión de Domínguez.

Para ver el juego, Marlon escogió la casa de su amigo Wilmer ‘Lunar’ Mera, en la 40 y Vacas Galindo, en Guayaquil. Es como un miniestadio.

JUGAR CON EL CORAZÓN

Mientras los de Gustavo Alfaro corren, Marlon cuenta cómo eran sus tiempos de mundialista. Recuerda la vez que viajaron a Japón y Corea en el 2002.Dice que estuvo dos días entre aviones y aeropuertos, y nunca vio la noche. “Todo era sol y sol, yo estaba como loco”. Lo recuerda como si fuera ayer.

Revela dos secretos de su carrera. El primero, las canilleras que tenía, las hizo él mismo y en cada partido le tocaba pegarle la foto de una Virgencita y el Divino Niño.

El otro es el número 15 con el que jugaba, se lo dieron y lo recibió con orgullo, debido a que ese lo usaba José ‘Pepín’ Gavica.

De los mundiales, dice que tiene el mejor recuerdo, porque hasta le agregaron un tercer nombre, muchos le dicen el Mundialista.

Las clasificaciones cuenta que son lo mejor que ha vivido: “Pasaron los años y uno se da cuenta de que el fútbol es algo fabuloso, ver cómo festeja todo el Ecuador, como todos se alegran. Le doy gracias a Dios que me ayudó a ser parte de esta fiesta que se llama selección”, comenta Ayoví, quien ahora es el director de Deportes del GAD de Durán.

EN SU PUESTO

Ayoví jugaba de volante de contención, pero también de marcapunta.Señala que los chicos que tiene Gustavo Alfaro son “sin miedo”, que juegan de manera increíble. “Es un gran grupo de jugadores, los ves que van con hambre de gloria y eso llena. Es por eso que tenemos un 90 % de poder estar en Catar 2022”, expresa el bimundialista.

De los que ‘tocan’ en su puesto, le gusta Carlos Gruezo, dice que es como él, juega, habla poco y es de perfil bajo.

Y suelta un viejo recuerdo. “Sabes que a mí en la selección me decían Soledad, porque siempre estaba un poco aislado y callado. Igual veo que es Carlos Gruezo y muy parecida la forma de jugar, tener el balón y dar, no tienes por qué quedarte con la pelota”, expresa un Marlon Ayoví que jugó dos mundiales, pero que ahora vibra como hincha y le pone fe a este Ecuador.

LA FE

“Tranquilos, estamos cerca del Mundial, el empate ante Brasil es buenísimo, es de oro, ellos no han perdido en estas eliminatorias, sabíamos que íbamos a sufrir”, nos dice Marlon, mientras sus dedos ya no tenían uñas en los últimos segundos y parecía que quería meterse al televisor y jugar como en sus tiempos.

Y al final asegura: “Ante los peruanos es duro, pero este equipo tiene todo para poder asegurar una clasificación”.