Cuando se conoció que Álex Quiñónez fue suspendido por fallos en tres localizaciones para controles doping, el nombre de Alberto Suárez salió a la luz. El español, representante del velocista tricolor, asumió la culpa por este error que al final le terminó costando a Quiñónez el no poder participar en los Juegos Olímpicos de Tokio.

En su cuenta de Twitter, Suárez detalló la dura conversación que mantuvo con Álex para darle a conocer que sería sancionado.

“Esperaste en silencio a que te contara todo lo que había pasado y cuando viste mis lágrimas tu respuesta fue “tranquilo Alberto, son pruebas que Dios nos pone”, y me diste un abrazo. Reí y solté, joder Álex, pues podían ser otras”, narró.

Y agregó en su reseña que tras conocer la muerte del velocista “hoy te vuelvo a decir, joder Álex, pues podían ser otras. Pero ya no puedo parar de llorarte, porque una parte de mi corazón se ha ido contigo y no volverá”.

El representante también fue consejero del atleta, y estuvo listo para apoyarlo económicamente cuando los recursos que tenía que recibir Álex, no llegaban a tiempo.

Así como a Suárez, Quiñónez marcó a varias personas que trabajaron con él. Es el caso del doctor Juan Naranjo, quien le apoyó en los temas de medicina deportiva y viajó con el equipo de velocidad a varias competencias en el exterior.

“Álex Quiñónez fue un verdadero ejemplo de lucha, un hombre que se cayó y levantó cuantas veces fueron necesarias. Un chico humilde, amable y colaborador”, comentó Naranjo.

Al igual que quienes estuvieron en la preparación de Álex, tenía claro que por su gran potencial podía alcanzar la medalla olímpica en Tokio, la gran meta del tricolor, tras alcanzar la final de los 200 metros en Londres 2012.

“En el atletismo ecuatoriano siempre habrá un antes y un después de Álex Quiñónez. Se nos escapó la medalla, fue un honor luchar al lado de un guerrero de esta patria”, resaltó.