El argentino Pablo Burzio lleva el número 9 del Macará. Su meta es poder asistir, generar juego y si alguien está mal parqueado anotarle un gol.

Es del equipo puntero del torneo, con 24 puntos, y se enfrenta esta semana al Delfín en el Bellavista de Ambato. Si ganan tienen la posibilidad de alargar las distancias que lo separan de Emelec y del equipo manabita.

Tiene 25 años y vive en Ambato con su señora Tatiana y tres hijos: Solange (10 años) y los mellizos Milo y León (dos años y medio).

Llegó a finales de la primera etapa y fue adaptándose rápido a lo que le pedía el DT Paúl Vélez.

“Fue una alegría tremenda, era la posibilidad de poder jugar en el extranjero. De volver a jugar en primera. Consulte con Sebastián Blázquez y me habló muy bien. Y me vine. Me llamaron y me hablaron del equipo. La idea que me dijeron desde el inicio fue una muy buena. De intentar clasificar a la Copa Libertadores como en el 2017. Ese fue el objetivo. Claro que cuando arreglamos de palabra, el equipo estaba más para el descenso en el puesto 9 que para pelear la Copa. Pero no ha cambiado”, expresa el argentino.

Sueña todos los días en clasificar a la Libertadores. Ama la naturaleza de la que está rodeado el complejo de Macará. Dice sus vacaciones se va a quedar en Ecuador para conocerlo más.

Disfruta del primer lugar con su equipo y dice que lo que viven es un sueño, pero que se lo hace todos los días con garra y corazón.

Este es el adelanto de una extensa entrevista que saldrá este viernes 12 de octubre en la edición impresa de Extra.