"Si este año no juego, me voy”. Esa decisión ronda en la mente de uno de los futbolistas juveniles que integra el primer plantel de Barcelona.

El jugador, de 19 años, que prefirió el anonimato para evitar alguna sanción interna, aseguró a EXTRA sentirse frustrado por las pocas oportunidades que ha tenido para actuar, desde que lo promovieron de las formativas al primer equipo, en 2022.

“Cuando me llamaron para entrenar con el plantel principal pensé que pronto iba a debutar a nivel profesional, pero esto no se ha dado como he querido, debido al poco espacio que se nos da a los juveniles en Barcelona”, afirmó.

El jugador, que desde los 10 años milita en el club torero, del cual asegura ser hincha, expresó que esas pocas chances que existen para él y el resto de sus compañeros contemporáneos a su edad (ningún juvenil ha debutado en la LigaPro 2023) pasan netamente por una decisión del estratega Fabián Bustos.

“Con Bustos las veo ‘negras’. El profe se inclina mucho por los de experiencia y ahora que hay más extranjeros (ocho), menos ‘bola’ nos para. En cambio, cuando llegó Jorge Célico, muchos de los chicos nos ilusionamos, porque él es un formador y nos empezó a dar espacio. Lastimosamente se fue rápido del equipo”.

Otro juvenil del Ídolo, que también prefirió el anonimato, afirmó que el poco espacio que hay en Barcelona para los jóvenes “me está quemando”.

Pero esta situación que atraviesan los juveniles del primer equipo de Barcelona (12), y también los cuatro inscritos en Emelec, que tampoco han tenido minutos con Miguel Rondelli, dista con lo que sucede en Independiente del Valle, Liga de Quito, Aucas u Orense.

En cada uno de estos clubes, esta temporada hay varios futbolistas, menores de 20 años, que ya han podido jugar. Uno de los casos más sonados fue el de Kendry Páez, quien el pasado 25 de febrero, con apenas 15 años, debutó con los rayados en la LigaPro ante Mushuc Runa. Incluso ya lleva un gol en el torneo.

Pero, ¿por qué a los juveniles se les complica ganarse un espacio en los clubes del Astillero?

Para Julio César Rosero, extécnico de las formativas del equipo torero, esto sucede por la presión que tienen los grandes del país, especialmente en Barcelona.

“Si un año no se gana algún título en Barcelona, a fin de temporada lo califican como fracaso. La hinchada te obliga a ganar semana a semana y eso hace que los técnicos no se arriesguen con los más jóvenes”, comentó Rosero.

El también exseleccionador de la sub-20 de Ecuador afirmó que esto se toma como excusa y por ello no se invierte como se debe en las formativas. “Lastimosamente en Barcelona no hay una buena infraestructura a nivel formativo, no hay una persona que se encargue de realizar una correcta planificación para realizar un trabajo a largo plazo. La única preocupación se enfoca en el equipo principal y eso no debería funcionar así”.

Ante esta afirmación, Carlos Alfaro Moreno, presidente del Ídolo, y quien hasta 2015 manejó las academias de fútbol formativo que llevaban su nombre, aseveró que durante su administración sí se le ha dado la atención necesaria a las divisiones menores.

Incluso dijo, que de no ser así, no habría doce juveniles en el primer plantel ni tampoco habrían podido recibir 400 mil dólares por el préstamo del defensa Joshué Quiñónez, quien el año pasado jugó en Dallas FC de la MLS de Estados Unidos.

“Me parece injusto decir que no se les da espacio (a juveniles). El año pasado jugaron en primera, Víctor Carabalí, Leonardo Yánez, Guillermo Rendón, Isaac Delgado, Alan Fiallos, Ezequiel Emmanuel, Energio Díaz, Allen Obando, y en la Noche Amarilla (2023) entró John Acurio, de 15 años”, manifestó el directivo amarillo.

Pero de todos los jugadores que mencionó, la mayoría (ver gráfico) tuvo más minutos cuando Célico dirigió a los canarios, que con Bustos.

Con base en estos datos se le consultó al titular amarillo, por qué el actual técnico no contempla darle más minutos a los jóvenes. “Parece que fuera un ataque a mi entrenador. Siempre converso con el profe, él conoce mi espíritu formador y tiene claro que para mí sería un orgullo que se consoliden en el primer equipo uno, dos, tres o cuatro juveniles, pero eso jamás será una imposición de esta administración”.

Lo que sí reconoció es que en Barcelona “ganarse un puesto es más complicado” que en cualquier otro lado.

“Barcelona tiene la presión de ganar todo lo que juega, entonces se hace un poco más difícil que (juveniles) tengan la continuidad necesaria. Los jóvenes tienen que luchar de manera justa, delante del entrenador, aunque a los chicos hay que rodearlos con un gran equipo y un gran funcionamiento”.

Y aquella dificultad de la que habla Alfaro Moreno fue la que vivió Santiago Micolta, quien en 2020 tuvo un paso por Barcelona.

“Cuando llegué al equipo estaban Jonatan Álvez y Cristian Colmán, y pese a que un año antes había jugado en primera con Aucas, no encontré espacio en el equipo de Bustos y me mandaron a Toreros (filial)”, afirmó el atacante de 22 años.

El actual jugador de Venados, de la Segunda División de México, reconoció que la presión que hay en el Ídolo sí dificulta el proceso de los juveniles, pero que todo depende de la decisión del entrenador y de la dirigencia.

“Cuando estuve allá vi a muy buenos jugadores en las divisiones menores, pero sorprendentemente a ninguno he visto estar consolidado en el primer equipo de Barcelona. De qué sirve tener una gran cantera, si no se le presta atención a los suyos”.

Un cambio de chip

José Pileggi, presidente de Emelec, al igual que Carlos Alfaro Moreno, destacó que la misma presión por ganar todo, también se da en el elenco millonario y que eso, “indirectamente”, le resta espacio a los juveniles.

Pero pese a esto, el titular azul destacó que con el técnico Miguel Rondelli hay un plan para potenciar a las formativas.

“Una de las cosas que nos hizo decidir en contratar al ‘profe’ Rondelli, es que él se preocupa mucho por las divisiones menores. Nuestra visión es potenciar a nuestras canteras y en un futuro beneficiarnos de la venta de jugadores”, afirmó Pileggi.

El dirigente eléctrico reconoció que en la administración pasada la atención se dio netamente en el primer equipo, pero que ahora eso ha cambiado.

“Cada administración tiene prioridades. Ahora creemos que hay que apostar en lo nuestro, por lo que hemos empezado a trabajar en un proyecto a largo plazo, en el que por ahora hemos destinado 500 mil dólares”.